En
toda sociedad se necesita, primero, de un liderazgo. Originado por la vía que
fuere. Y segundo, llegar a un período más o menos largo que permita las labores
de labranza, la cosecha, el crecimiento de nuevos hombres. El conflicto permanente
no hace bien a los propósitos de la supervivencia ni al desarrollo de la razón
y la cultura. Para que todos los aspectos de la vida en sociedad puedan tener
una protección se llega al poder primitivo. Que no es más que el equilibrio al
que llegan al combinarse y fusionarse la pancorrupción y el derecho natural. Es
resultado del paso del conflicto a la acomodación, como necesidad práctica, o
como plena convicción.
El poder es, por lo tanto, un descendiente directo de la
pancorrupción y del derecho natural, que combinados establecen la primera gran
pauta de convivencia, el reconocimiento de un poder único que equilibre las dos
tendencias opuestas y logre de ese modo la convivencia en cierta paz. Aquí se
puede ver que el poder no tiene como esencia la de ordenar ni dirigir, sino sólo
equilibrar las dos naturalezas humanas y sociales, de lo potencial y virtuoso,
con lo práctico y vicioso. Es su función básica de equidad, desde el principio
de los tiempos.
El poder, como consecuencia de ser un híbrido o combinación
de la pancorrupción junto con el derecho natural-y contener en sí mismo las dos
tendencias inherentes-ha desarrollado por ende dos tipos de poder, que
constituyen así mismo sus dos aspectos fundamentales.
El primer aspecto, y que procede del derecho natural, es el
poder virtud, que constituye el poder en potencia. Es la cualidad, la capacidad
o la sabiduría que tienen o deberían tener quien o quienes detentan el poder.
No es el poder ejercido físicamente, sino la potestad y la dignidad de
ejercerlo.
El poder virtud
necesita que su potencia de poder sea ejercida materialmente por el segundo
aspecto: el poder fáctico. Este poder es el que debe ejercer físicamente, de
manera material las directrices del poder virtud. Pero no siempre es así. El poder fáctico es
el que impone la fuerza y la violencia como medios para buscar el equilibrio
entre los dos componentes, pancorrupción y derecho natural. Constituye el
aspecto coactivo y compulsivo del poder.
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