Como si
fuera que nos faltan motivos, que causen la corrupción sistémica, se ha hecho
negocio hasta con el “vista y oído” de la gente, requisito para manejar un
vehículo.
Según
la TGC, la ignorancia en el ocultamiento del poder, puede hacer estragos si no
actúa la ley, a tiempo.
Un
Estado de Derecho, sin buenos ejecutores, en democracia, se constituye en un
simple fetiche; solo capaz de ejecutar y producir, más hechos, actos y prácticas que favorecen a la corrupción
sistémica.
A lo
largo de la geografía nacional, se exige
la inspección sensorial, para ser expedido el carnet de conductor; pero, no
obstante, la normativa legal, las municipalidades siguen entregando patentes,
registros y otras autorizaciones, por recomendaciones, amiguismo o parentela;
ni hablar, de las “mordidas” inherentes al oficio.
El
director de la máxima institución de salud, de la República, exhorta a las autoridades comunales, a
corregir este vicio: caso contrario el país podría llenarse de inválidos. Lo
cual resultará una carga, para el Estado social de derecho, establecido en la Carta
Magna; que es aprovechado, por los comerciantes y fabricantes de motos, así
como los municipios, que irresponsablemente siguen otorgando licencias, sin
control alguno.
Nuestros
representantes deben encontrar la forma de penalizar, a los encargados de expedir
los documentos, como funcionarios públicos, responsables y ecuánimes. La
autonomía municipal, no significa carta blanca para la corrupción sin control.
Sin
buena vista y oído, manejar es llevar un cajón a cuestas. En perjuicio de su
propia integridad y la de los demás integrantes de la sociedad.
El
ministerio encargado de la salud, también debería promover el control, de los “kamikazes
al volante”: algunos choferes que manejan con reguladas, hablando por celular y
haciendo entregas de delivery. Poniendo en riesgo a sus pasajeros.
Ser
ciudadano en democracia es participar y tratar de mejorar, la convivencia en
sociedad.
Si las
autoridades constituidas por la Constitución, no cumplen ni hacen cumplir,
estamos ante una injusticia inaceptable de vicio y corrupción sistémica.
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