Me
decía un parroquiano del Bañado Sur, que con los “salvos” de la ley, pueden
entrar todos los parientes de los que mandan. ‘Hasta la Guerra del Chaco se hubiese atajado si es que en aquel tiempo
funcionaban este tipo de inteligencia legal’, me dijo.
Según
la TGC, cuando la ley no es clara, resulta en ignorancia en la ocultación del
poder; permitiendo la interpretación interesada de la misma.
La
gente se ha acostumbrado al doble decir y sentir, en el manejo del poder; una
cosa en el discurso, otra en los hechos. Es así, en todo el país, a lo largo de
la gran cadena del poder estatal.
Con
este tipo de leyes ‘parche’, que no atacan el sustrato del perjuicio social, y que
encima, se pretende que sea felicitada por la iniciativa, lo único que se logra
es aumentar la confusión y la maraña legal, que hace inaplicable el justo
derecho.
La
corrupción sistémica sigue siendo la que dicta, cualquier avance o proyecto de
desarrollo social; dejando a su paso, perjuicios irreparables a la moral y la
economía del Paraguay.
Las
promesas de los que hoy dirigen las instituciones, del gobierno y autónomas,
caen en saco roto en los Bañados. Donde se ha perdido toda fe y confianza, si
alguna vez la hubo, en la falsa benevolencia pro electoralista.
La
necesidad se ha convertido en gigante, haciendo quedar las nuevas promesas de “ayuda”,
como una burla con tinte de pesadilla, no como una solución a sus problemas.
El IPS,
mientras sigue el estado de emergencia, sigue constituyéndose en la ‘vaquita’
de la muchachada bicolor; el turno en el poder, no impide la permanencia del
sistema, en perjuicio de los asegurados ‘forzosos’ y jubilados, que más que sentirse
‘dueños’, viven como mendigos de una institución, que los trata como sujetos de
la ‘caridad’, a costa de su propio aporte de años y años de trabajo.
Mientras
sigan los ‘salvos’ y las ‘excepciones a la excepción de la regla’, a la hora de
la implementación de una ley correctiva, los hechos, actos y prácticas de
corrupción sistémica, seguirán siendo el pan diario; solo que, posiblemente,
con la venia de la ‘interpretación legal’ de los cuates o aliados colegiados;
dueños absolutos de los salvos y lagunas, en este día heroico e histórico de
nuestra patria.
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