Esta
locución latina, sostenida por nuestros vecinos en cuanto a los tratados
firmados por nuestro país, es la máxima expresión de la gran corrupción; donde
la ignorancia hace gala y demuestra verdaderamente que es un elemento de toda
corrupción sistémica, al servicio de un poder sin ética, cuyo único objetivo es
perjudicar explotando la necesidad y la ligereza internacional al amparo
corrupto.
Según la TGC , el cumplimiento de la ley
debe cuidar siempre el respeto de la ética y las buenas costumbres, pues,
sabido que la “pacta sunt servanda” alegada por nuestros vecinos no respetó, en
primer lugar, al orden público que caracteriza a nuestros tratados
internacionales.
Ya los
canonistas, quienes introdujeron este término, advertían de esta realidad en la
aplicación, para salvar la ignorancia que podía ser aprovechada en perjuicio de
uno de los pactantes.
Como en
nuestro caso, la parte más débil de un país sufrido que siempre lucho contra la
corrupción, incluso antes de ser nación libre e independiente, motivo por el
cual tuvo grandes perjuicios su población, ante la corona española, que en esa
época era tan corrupta.
Hoy
seguimos esa lucha pero demostrando al mundo que la corrupción es universal.
Que los pueblos o países luchadores contra este flagelo internacional, que no
conoce raza, nación, religión; ni le interesa las buenas costumbres entre
vecinos, y mucho menos el orden público, son los que progresan en el mundo ya
que buscan la justicia.
Aclarando
vecinos que el “pacta sunt servanda” desde su origen se ha recomendado, al ser
invocado, su utilización cuidadosa en la interpretación en un acto jurídico,
por la facilidad de que sea usado en un contrato leonino. De aplicarse mal,
primaría la ignorancia de tercer grado, o interpretativa, formándose una
corrupción sistémica amparado por el abuso de derecho. Tan presente en nuestro
abultado compromiso internacional, que fue avalado por políticos comerciantes
en perjuicio de su pueblo.
Hagamos
respetar la verdad de lo justo en equidad a favor de los pueblos del mundo,
para disminuir así la gran corrupción.