Esta sombra de corrupción,
debería ser el único interés nacional; por la magnitud de los daños causados a
una nación como la nuestra.
Según la TGC, sin la unión de
todo el pueblo, para conocer, entender y enseñar, este principio de ciencia;
poco o nada puede hacerse en materia política, para mejorar la lucha
anticorrupción y lograr el desarrollo del país. Porque este estudio, es materia
obligada, para cualquier sociedad civilizada.
Para tratar de mitigar
paulatinamente, los hechos, actos y prácticas de la corrupción sistémica, sus
consecuencias, son transmitidas a diario, por medio de las cadenas noticiosas
del cuarto poder; luego de las informaciones oficiales, que hablan de
monumentales perjuicios causados al fisco, a través de sus agentes.
Sin temor a equivocarnos,
podríamos decir que este flagelo, une a todo el pueblo, a través de las
instituciones, tanto nacionales como extranjeras. Para este fenómeno no existen
fronteras.
Cada día se publicitan más
casos; defraudaciones y desvíos de fondos. Pero todo, se encuentra en el marco
de la historia jurídica de un país. De su avance, que hoy nos obliga a dar un
paso más, para comenzar a practicar una nueva doctrina jurídica y política.
Respetando el derecho y haciendo cumplir la democracia participativa,
constitucional, como soportes de verdad y liberación permanente. Porque si
existen, libertad de acción y pensamiento, a favor del bien común, supervisado
por el cuarto poder, se hará un importante favor a los más necesitados.
Este es el único medio de
paliar, el constante peligro de subordinar el conocimiento y los hechos, a la
falacia, con tal de recaudar, a costa de la politiquería y la paupérrima situación,
cultural y material, de la población paraguaya.
Por todo ello, reiteramos, la
importancia radical, de la unión nacional, contra el flagelo de la corrupción
sistémica. Por constituirse en la causa de gran parte de los retrasos en la
República.
Ya estamos seguros que la
deficiente educación, no se soluciona con el mejoramiento de la
infraestructura; si no existen factores humanos disponibles, para llevar
adelante una reforma.
La falta de justicia: Cuando la
Ley sanciona el prevaricato, y nadie tiene el coraje de aplicarla, en la
interpretación, tanto a nivel judicial, como en cualquier otro poder del Estado.
A eso se llama “ignorancia en la ocultación”.
En todos los órdenes se
publicita, el interés de la generalidad; de la gente que quiere un país mejor.
Pero todos los hechos y actos, sucedidos en varios gobiernos, nos conducen a la
corrupción sistémica como motor. Por lo tanto, se espera una gran unión
nacional, bajo una doctrina anticorrupción, la primera en el mundo, para tener
mejores días en el cielo patrio.
Comentarios
Publicar un comentario