Si el intendente
afirma, “el Mercado “4”, está manejado por una rosca mafiosa”; es lo mismo que
decir que su administración, ha caído en manos de la corrupción sistémica. Ya
que la estructura del poder, sostiene a todo acto, hecho o práctica de la
corrupción en la función pública.
Según la TGC, sin una
estructura de poder, la corrupción no puede sostener a una “rosca”. La
costumbre de instruir, sin saber la verdad, han convertido a los actores políticos,
en la presa favorita de la corrupción en sistema. Ante una sociedad, a la que
representan; pensando adivinar la verdad; sin molestarse en descubrirla, para
que, de ese modo, pueda buscar la justicia.
La mafia está sujeta a
la protección de la corrupción sistémica, sin la cual, le sería imposible
permanecer en la acción.
La costumbre de hablar,
tratando de justificar la negligencia, de los propios administradores, tiene
una definición jurídica: La ignorancia, acomodando las responsabilidades en el
hombro, de los usuarios; del pueblo, exhortando a la misma gracia divina, que
constituye la máxima expresión de los politiqueros, que siguen confundiendo
política con religión.
Hubo irresponsabilidad,
de todos los encargados de las instituciones, que prestan servicios en el
Mercado. Pero el mayor responsable, será aquel cuya competencia, recaiga sobre
las decisiones del poder. Constitucionalmente, la “Municipalidad”, con su
intendente a la cabeza, deben ser los primeros contralores, no meros
observadores ocasionales o fácticos.
La democracia es un
sistema político, muy abierto, si se hace respetar el Estado de Derecho, en
libertad de acción y de ideas, donde aparentemente, con un descuido, puede la
corrupción sistémica, hacer aparecer como responsables a los propios usuarios.
Dejando, por la ignorancia latente, además del letargo político, a los
funcionarios y encargados del control, exceptuados de toda carga, como por arte
de magia.
Por eso el principio, a
la hora de estudiar hechos o actos de corrupción, es partir de los primeros
responsables de una institución, que son las cabezas. Si no inicia la investigación
de ese modo, regirá el principio de ignorancia en la ocultación.
La teoría general de la
corrupción, por eso explica, que las consecuencias de la corrupción son muy
visibles, pero por la ignorancia, confabulada con el poder legal, las causas y
los responsables resultan indeterminables.
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