Nada
facilita más la comprensión de una doctrina, como la abundancia de materiales y
ejemplos gráficos; existentes en los hechos, actos y prácticas de la corrupción
sistémica, a costa del pueblo y de sus problemas diarios.
Según
la TGC, la “gran corrupción o sistémica”, se da principalmente a través de una “ley”.
El
despertar del país, a través de la democracia; con libertad de acción e ideas,
van levantando la verdad de la “doctrina curacionista”, que ubica a la gran
corrupción como el problema central de la política y la economía. Devolviendo
al derecho, su función rectificadora, curativa, por medio de la justicia y la
buena interpretación.
La “doctrina de la corrupción”
es la aplicada, por los politiqueros; carcomidos por la ignorancia en la ocultación,
que pertenece a todo poder social.
La realidad está a la vista: 1)
La implementación de la “ley” del FONACIDE. 2) Los municipios, blindados en su
autonomía constitucional, violan los derechos básicos de la niñez y la
adolescencia, de recibir educación de calidad, en sus comunidades de origen.
Los resultados: Nunca hubo
tanta liquidez de fondos, para tanta dejadez, desvío y perjuicio; técnico y
material, en contra del erario público. Algunos hablaron incluso, de la
necesidad de establecer “tutores”, para ciertos administradores comunales, que
les guíen “paso a paso”, en sus funciones como aplicadores del dinero público.
Con esto podemos darnos cuenta,
de la trascendencia vital, de ir comprendiendo lo que significa, en términos
objetivos y jurídicos la corrupción
sistémica. Sin una buena conceptualización doctrinaria y legal; la práctica
constante del poder, a través de la mala interpretación, aplicación o cumplimiento
de la Ley, impedirá cualquier atisbo de crecimiento económico sostenible, y
borrará, para siempre, las posibilidades de desarrollo como país.
Tampoco faltan los interesados,
en modificar la norma obligatoria, para así dar posibilidad a sus intereses
personales; esto, en razón de la existencia de intendentes con doble
remuneración y doble cargo. Un completo contrasentido, en violación abierta a
la Carta Magna.
Afortunadamente, esta etapa
democrática, con cierto Estado de derecho, permite libertad de expresión; para
que el cuarto poder pueda informar sobre la verdad, de los hechos, actos o
prácticas de la corrupción sistémica, realizados a expensas del sufrido pueblo.
Pero la firme esperanza de
seguir luchando, en buscar la verdadera política: con libertad, claridad y
virtud. Con el apoyo de la juventud, capaz de entender, comprender y enseñar al
pueblo en general, que lo primero es superar la ignorancia en la ocultación;
para así, disminuir progresivamente la corrupción del país. En eso consiste la
curación social.
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