Si en
Latinoamérica se habla de la “pobreza”; de la educación; de la falta de recursos
y de estrategias sociales: Estamos sintetizando, la definición de la corrupción
sistémica, que siempre azotó a la Región. Algunos países, tuvieron gobiernos
con ciertos, criterios democráticos; otros, “bananeros”, en absoluta dictadura,
a favor de los caudillos.
Según
la TGC, nadie puede superar estas falencias si no disminuye la corrupción
sistémica. Es así en todo el mundo.
Nuestra
democracia ya no consiste, en hablar de males irremediables, sino de buscar la
única razón de ser, que debe tener todo Estado: disminuir la ignorancia y la
corrupción sistémica de Latinoamérica, síntesis y común denominador de todos
los problemas.
Da
gusto exponer y hablar, a favor de medio mundo; usurpando los legítimos
derechos, de los países vecinos. Al amparo de contratos politiqueros y
entreguistas, en perjuicio, justamente de la salud, la educación y la seguridad
de la población paraguaya.
Al
no recibir la justa compensación, que merecemos como socios de las dos
hidroeléctricas, por parte de los dos vecinos más grandes, que el Paraguay ha
soportado desde tiempo inmemorial.
Hoy,
sentado con ellos, “nada por aquí, nada por allá”. Sigue el ilusionismo, sin
voluntad, de solucionar la triste realidad del país, que debe pagar por su
triste postura irresoluta; a la hora de pedir a favor del pueblo. Pero muy
decidido y contento a la hora de hacer concesiones de recursos naturales, al
menor precio posible, por medio de las “mágicas” APP.
Esto
es así, por la corrupción sistémica impuesta, a manos de las llamadas
democracias del “doble discurso”.
“El
gobierno no tiene para controlar a los agro exportadores, que contaminan y
matan a los indígenas; mientras, los amigos se hacen socios de los negocios
público-privados, para asegurar su cobro, por la financiación previa”
Ni
estos mismos socios, creen ya en las reuniones planteadas, para cantar y tomar
café gratis. Cuantos pobres fueron burlados, en nombre de “orden y paz”
interna. Muy conocido en toda Latinoamérica, en época pasada y presente.
La
síntesis de todo: La democracia no le da “piola” a la corrupción sistémica en
la ocultación.
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