Al recorrer el Bañado Sur,
entre tanta necesidad y falta de organización, un parroquiano me preguntó: — ¿Hasta
dónde me convence la propuesta de los proyectos, sociales y políticos?
—Me parece que están bien:
Siempre a favor de la gente, para que se pueda salir del estado de necesidad.
Para combatir la corrupción sistémica. ¿Eso quería escuchar amigo?
—Claro, en democracia
todos participamos y somos responsables—asintió.
—Según la TGC, los
proyectos son el caldo de cultivo perfecto, que, al ser aceptados posibilita la
ejecución de la corrupción sistémica; si es que el poder no hace cumplir la
ley, en todos sus grados de ignorancia posibles.
Tantos proyectos fueron
aprobados, en licitaciones; ya sea para la provisión de algunos bienes al
Estado. El resultado a la vista, siempre es el perjuicio: De fraude o
anulación, sin implicancia para los infractores. Administradores y ejecutores,
que debían haber indemnizado por el daño causado.
Los malos ejemplos, solo
aumentan la perfección de la corrupción sistémica, a la vista de todos. Hay un
florecimiento de “parlantes”, transmisores de innumerables proyectos; pero, en
contrapartida, seguimos teniendo la falta de servicios públicos: tales como
transporte las 24 horas y de calidad, provisión de agua potable. Recientemente,
se decretó un aumento del 20 % en el precio del pasaje urbano, además de los precedentes aumentos progresivos, en todos los
productos de primera necesidad.
Mientras, un gobierno “técnico”
sigue asegurando y prometiendo, ante la prensa, que el salario mínimo no subirá.
Piden plazos y tiempo, mientras se pueda capitalizar, lo más que se pueda, la
recaudación diaria, a costilla de la necesidad popular.
—Aquí en el Bañado,
nosotros creemos en la democracia; pero también pensamos en vivir dignamente. Pedimos
un salario justo, sin demagogia; acorde a la realidad de las promesas, de los
proyectos electorales, que supuestamente nos quitarían de la miseria.
El mayor proyecto, de
todos nosotros, debe ser la lucha contra la corrupción sistémica. Exigiendo el
cumplimiento de los compromisos, sin ignorancia ni ocultación, para respetar el
interés de la gente, con ejemplo de vida: entre gobernados y gobernantes, en
igualdad de condiciones.
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