Cuando uno está acostumbrado a comprar y vender
en el mercado, podría ser considerado comerciante y tal vez muy próspero, para
sumar y restar, sacando permanentemente ventajas de cualquier relacionamiento.
Ahora, la verdadera acción y efecto de la
política, se contradice rotundamente del comercio, ya que en aquella se vive
para buscar el bien común y no sencillamente el personal o de los allegados,
amigos y parientes.
Hemos sido testigos de promesas de grandes
progresos en el país; que en corto tiempo se lograría llevar adelante su
“política de Estado”.
Resultado de esta promesa, fue la peor
corrupción sistémica en perjuicio de los trabajadores, y la clase pobre, las
que perdieron totalmente sus ahorros, obligados, a manos de politiqueros.
La costumbre de pretender demostrar eficiencia,
a través de la asesoría internacional, nunca tuvo efecto positivo; para nuestro
país, salvo para desmantelar y perjudicar la pobre economía, manejada de
acuerdo a los intereses, de la corrupción sistémica internacional:
Hoy nuevamente parece que se avecina al país,
según la declaración de los posibles encargados, de la función pública, grandes
asesorías internacionales.
La corrupción sistémica: está sacando a las
calles a nuestros connacionales, para enfrentarla por los perjuicios
ocasionados a la generalidad de la población. Eso es lo que permite la
democracia, con libertad y Estado de derecho.
Hoy el pueblo, la gente común; que trabaja y
vive de su salario mínimo y algunos que ni siquiera lo alcanzan, en el estanco
de los puestos públicos, resulta que serán, hoy los primeros en ser rajados;
mientras, sus bonitos representantes seguirán con salario de primer mundo, sin
poder hacer nada, ya que sus conciencias, figuran entre las compradas; por el
holding para lograr el resultado.
Ellos creen vivir bien, y el resto que pelee
contra la corrupción, si piensa que el país puede progresar.