Cuestión de origen
Un parroquiano de Alberdi,
muy preocupado me dice: “La impunidad es la injusticia, resultado de la
corrupción sistémica”.
Según la TGC, la ignorancia y el vicio equivalen a la injusticia, que nace a través de la corrupción sistémica en cualquier poder.
Al intentar explicar
a la corrupción en forma subjetiva y
ética, nos parece que primero existe la injusticia y luego la corrupción;
la realidad es totalmente a la inversa.
La corrupción
sistémica, al no ser observada ni
penalizada, por la ignorancia en la
interpretación, para la gente y su entendimiento parcial, le parece que
hubo simplemente injusticia o falta de pena, en el juzgamiento de tal o cual hechos, acto o
práctica corrupta.
Acto autónomo
Lo que se olvida es que siempre debe existir un sistema de corrupción, para que se perfeccione la tan famosa “impunidad”
en el derecho, es decir, el acomodo de la ley de acuerdo a los intereses creados.
Efectivamente, la impunidad es la injusticia: cuando
pretendemos interpretar y conocer a la
corrupción en forma ética o subjetiva, dejando de lado la interpretación objetiva; que debe
primar en la investigación, una vez que se modifiquen los artículos de fondo del Código Penal
y se respete la Constitución Nacional y
los tratados internacionales.
Solo con esa integración
jurídica, se logrará comenzar a penalizar
lo que denominamos “acto autónomo de
corrupción”, es decir, aquella conducta
que no está subordinada o dependiente de otros delitos o crímenes de índole
económico, administrativo o patrimonial.
Cultura y enseñanza
sobre el tema
El cuarto poder
debe seguir enseñando al pueblo los
conceptos, superando lo subjetivo a la
hora de expresar apreciaciones sobre este flagelo universal.
“Aquí en el país, tenemos mucha impunidad —decía este
demócrata alberdeño—, por la falta de una correcta interpretación del derecho,
en la práctica de los funcionarios encargados”.
La constante confusión sobre la injusticia y la corrupción, nos permiten aclarar una vez más que corrupción es el género y no la especie;
podemos decir que la impunidad nace y se
desarrolla en la corrupción.
Es necesario respetar los principios lógico-jurídicos, de toda sociedad civilizada, comenzando
por implementar y aceptar a cabalidad una fórmula
de uso universal que expresa: corrupción es igual a poder sobre ignorancia. Superando así toda duda
en la práctica jurídica, procesal y administrativa.
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