Arista gubernamental
Un parroquiano de Ciudad del Este me dice: “Toda corrupción
sistémica es de doble filo”.
Según la TGC, la ignorancia
convierte a las decisiones de poder en armas de doble filo: mantienen la institucionalidad normal y aparente por
un lado; pero reparten bienes e
intereses, solo para un grupo cercano a los mandatarios.
Nuestra democracia
de acción y pensamiento, nos posibilita tener claridad, libertad y virtud en el accionar de la sociedad y sus
ejecutores; para buscar la verdadera
democracia, cuyo objetivo principal siempre debe ser bajar la corrupción
sistémica.
Injusticia material
También es cierta la expresión
de que toda manifestación que tenga
como resultado la injusticia, es igual a corrupción sistémica.
Esto tiene doble filo
porque al estar en acción, en todo medio social, aparece resguardado, cubierto de una supuesta legalidad, cuando en realidad, puede ser totalmente
corrupta al servicio de la estructura.
“Entonces, es por eso que la corrupción solo les preocupa a quienes les perjudica, mientras que los beneficiados
los ven como un rápido progreso”, decía el demócrata del Este.
Aquí es donde un Estado
de derecho debe actuar y buscar el respeto en la administración de justicia.
Situación regional
sobre la corrupción
Esta realidad del Estado, al perder la confianza de sus
administrados, desencadena en falta de
apoyo y colaboración de la gente; aumentando el descontento en todos los
órdenes.
En América Latina
el doble filo, producto de la corrupción, desde lo deportivo hasta la alta política de todos en el Mercosur, está a la vista del mundo.
Son pasos obligados que los países deben superar; para lograr su verdadero desarrollo cultural, político y social, respetando el bien
común.
Al tratar de levantar
la conciencia en igualdad ante la ley, entre gobernantes y gobernados, irá disminuyendo la ignorancia en
movimiento, que hoy está al servicio de todo abuso de derecho, utilizada en doble filo.
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