En la democracia, la manifestación es la forma
de hacer sentir el reclamo ante una realidad injusta; normalmente causado por
incumplimiento de los encargados de uno de los Poderes del Estado.
A veces, se ha caído incluso en la
incoherencia, de prometer algo y no cumplir: El pueblo lo acusa automáticamente
por corrupción.
Nuestra Constitución, cimiento de nuestro
Estado de Derecho, establece, con su carácter social, que en caso de
incumplimiento nadie puede alegar el famoso “yo no sé, o no sabía”, sea cual
fuere el rango del funcionario público.
El supuesto, no tener conocimiento, el
ñembotavy, es lo que genera el libertinaje de la politiquería.
Esta es la realidad que debe ser drásticamente
modificada, si es que realmente pretendemos, comenzar, a ser respetados en el
concierto de las naciones civilizada.
La salud debe ser prioridad, ante todos, y los
responsables de los perjuicios deben ser juzgados, sin importar cuanto le queda
de estadía en el mando o en el cargo; ni cual es su poder en la República ; ni que pactos
o acuerdos hizo. Ante los derechos negados con un recorte, no hay excusas; ya
que la única verdad para el pueblo es solucionar lo prometido y presupuestado.
Tenemos que comenzar a respetar los convenios y
tratados firmados, internacionalmente; basando nuestro criterio de justicia e
interpretación de nuestro derecho positivo interno, en el espíritu de las
normas superiores.
Sin protesta no se puede combatir a la corrupción
sistémica, ni mucho menos exigir cumplimientos a los poderes encargados de la
salud.
Pero también los manifestantes deben respetar
los bienes públicos, que es lo que todos los encargados del poder estatal deben
siempre aclarar y hacer respetar en un Estado de Derecho Constitucional.
Al disminuir esta ignorancia en el orden público,
estaremos ayudando a comprender, el porqué la corrupción es el mal N° 1. Un
sistema al que no le interesa raza, nación, ni partido; solo le importa
recaudar a costa del Estado.
No más libertinaje en contra de la salud y de
los bienes públicos; ningún poder, y tampoco los ciudadanos tienen ese derecho
de abuso. La justicia debe ser para el bien común; a favor de todos los
paraguayos.