El desalojo y la corrupción
El abuso de poder se nota fácilmente en un
desalojo; en nuestro país la justicia se maneja con la corrupción sistémica,
según la TGC , y
el pueblo lo percibe y le llama injusticia, que no es otra cosa más que vicio e
ignorancia en los encargados de administrar los órganos de justicia.
El artículo 106 de la Constitución
Nacional aclara perfectamente la responsabilidad del
funcionario público, en caso de que cometa abuso de poder en la función
pública. Aquí se tira toda la responsabilidad a los funcionarios de menor
rango, como si estos tuvieran poder o competencia para decidir. Si esto ocurre
en el campo judicial es prevaricato y debe responder quien lo ha cometido e
indemnizar a los afectados, todo está previsto en nuestro sistema judicial;
pero, la interpretación para la hora de hacer cumplir y ejecutar esta realidad,
siempre prioriza los intereses, y no la búsqueda justicia.
Pero la responsabilidad final está en manos de
los Ministros, que son los que por mandato legal están obligados a ejercer el
control que amerita la institución.
Si nuestros representantes del poder
legislativo no se manifiestan y hacen cumplir estas verdades de nada vale el
Estado de Derecho, ni mucho menos, una democracia social, como la que
pretendemos establecer.
Gracias a la libertad de acción, pensamiento e
ideas, y una doctrina anticorrupción, según la TGC , podemos afirmar: Que si no corregimos esta
ignorancia de quienes ocupan cargos públicos en el país, el avasallamiento a
nombre de cualquier particular, para sacar beneficios de los desalojos seguirá
siendo un negocio, de los administradores de turno, sin buscar la verdad.
Todo poder sin una buena interpretación, con
justicia y equidad, más aún, en las acciones de cumplimiento forzoso, como un
desalojo, tiene consecuencias sociales e individuales muy grandes y perniciosas
en el país.