El teatro democrático
Un parroquiano de Ca’aguazú me explica: —“La máscara siempre existe en toda corrupción sistémica, aquí y allá”.
Un parroquiano de Ca’aguazú me explica: —“La máscara siempre existe en toda corrupción sistémica, aquí y allá”.
Según la TGC, el poder usa a la ignorancia para recaudar,
manipulando la ley conforme a tal objetivo.
La democracia es un sistema imperfecto, pero el único capaz
de ir mejorando la convivencia, siempre y cuando se respeten los principios de
un Estado de derecho, que otorgan al ciudadano la acción, para cuestionar y
exigir el progreso en el país.
Por supuesto, la máscara de todo poder, dificulta dar
respuesta y pronta solución a todos los problemas sociales. Así es como el
abuso de aquellas instituciones, creadas a favor, principalmente de la
Educación, durante tantos años, han prorrogado y mercantilizado, al ritmo de
compra de los cargos; figurando realizaciones y obras, solo en papeles
administrativos: en perjuicio de todos.
“La máscara se usa en
los teatros y la verdad, nos enseñan estos jóvenes valientes, al exigir
cumplimiento directo al Estado”—insistía el ciudadano.
Qué es ciudadanía
Qué es ciudadanía
La claridad, la libertad y la virtud, al amparo del
progreso, debe ser la meta de todo ciudadano de bien, sin excluir ni a los
pueblos originarios ni a los campesinos.
El país tiene un nuevo viento, juvenil, capaz de buscar la
justicia sin ignorancia; respetando el marco constitucional.
Si los derechos laborales no se respetan, arguyendo
interpretaciones a favor de los mismos acomodados, resultan letra muerta, pese
a la claridad, de los actos, hechos y prácticas de la corrupción sistémica, que
se cometen día tras día, en perjuicio de los trabajadores, y sus derechos, que
son de orden humanitario.
“Estos jóvenes van
echando leña sobre los responsables de la plata dulce, en manos de los
politiqueros conocidos”—esgrimía un tanto enojado el ca’aguaceño.
La ignorancia y la corrupción están cada día más desveladas
y la educación tendrá que sacudirse, obligatoriamente, de la barbarie
acostumbrada en la máscara gubernamental.