"La caja negra"
Un parroquiano del Alto Paraná me dice: “Al fin la caja negra o caja chica de los muchachos, sostenedores de la
corrupción sistémica se abrirá al pueblo, según el nuevo gobierno brasilero.
Veremos.”
Según la TGC, si el poder busca bajar la ignorancia, que es
ocultación, saldrá adelante; ante cualquier obstáculo.
Esta cuestión de las binacionales, gigantescas empresas que
terminan atrapando a los propios Estados, en una maraña de corrupción
sistémica, no pueden seguir siendo solo una leyenda.
Esto ya lo ha aprendido,
con la experiencia, el nuevo presidente del “maior do mundo”, ofreciendo abrir el misterio, a través de la ley,
mostrando cierta claridad, libertad y virtud, para evitar cualquier duda de la
gente; con respecto a los manejos sociales de los ingentes fondos producidos en
las represas.
Reconocimiento oficial del flagelo
sistematizado
Hoy justamente la máxima institución encargada del dinero
público (CGR), informa que el 72 % de las gobernaciones y municipios no
presentó rendición de cuentas, sobre la plata que les fue entregada para obras
sociales.
Esta realidad, fue confirmada por un decreto del Gobierno,
donde se establece que 4000 escuelas están prácticamente abandonadas o
ruinosas, lo cual, paradójicamente, fue ocultado hasta la fecha con falsos
informes dados a la creciente opinión pública.
“O sea, si abrir la
caja negra, o mejor dicho, la caja chica, permitiese que los actores de estos
actos, hechos y prácticas sistémicas, paguen por sus desmanes, nuestras
cárceles resultarían pequeñas, por la cantidad de sancionados transparentemente”—afirmaba
el demócrata del Este.
Concepto anticorrupción
Hoy en día, en el país estamos muy acostumbrados a escuchar
denuncias de corrupción, pero casi nunca se llega a recuperar, lo perjudicado
al erario; y mucho menos, la penalización de los responsables, en democracia.
De tanto en tanto, en la región aparecen las movidas, como
las de la juventud paraguaya; o las de un presidente sustituto, con intenciones
de mostrar la verdad a un país de incrédulos, muy golpeado, en nombre de la
política y su geopolítica, expoliados y entregados a los vecinos en forma de
recursos naturales. Muchas veces, en perjuicio de los pueblos originarios y
campesinos, los cuales siguen vagando y mendigando justicia al Estado: respeto
de sus intereses y de un trato igual como ciudadanos paraguayos. Deseosos de
justicia social, amparados por nuestro sistema constitucional, sin entregar más
cajas de pandora en la aplicación de las leyes.