Vertedero
Un parroquiano
del Bañado Sur, mirando a ‘Cateura’
me explicaba: “Hoy la corrupción
sistémica ha contaminado hasta el ambiente”.
Según la TGC,
la ignorancia en la interpretación de la ley es agente de la injusticia
material.
Nuestro país,
considerado por su “capital verde” ante la comunidad internacional, será el único,
tal vez, que sigue contaminando sus cursos de agua dulce, que se convierte en
agua ‘potable’, vital para la vida de toda su población.
Así es como
políticos tradicionales, de los diferentes partidos, siguen hablando de “progreso”
a costa del Río Paraguay: cargando la ribera con edificaciones y proyectos, que
ni siquiera cuentan con planes de desagüe efectivo ni de tratamiento de
residuos orgánicos. Lejos estamos del cumplimiento de las normas establecidas
en los convenios internacionales, sobre la cuestión hídrica.
El doble discurso
—O sea, los dobles discursos, sobre la
supuesta lucha y la excesiva mortandad de peces, demuestran que existe un
Ministerio, sin operancia a favor del Ambiente, pese a ser tema central y
protegido especialmente, en la propia Constitución.
Peces muertos a
lo largo del Bañado, demuestran la falta de tratamiento eficaz de los
desperdicios del vertedero, así como los fluidos de incalculable toxicidad
emanados de las fábricas, curtiembres, puertos, y supermercados de la zona. Así
es como algunas instituciones públicas, tan democráticamente siguen al amparo
del ñembotavy.
Los ríos deben
ser protegidos en todo el país, así como los arroyos y lagos. —Para muestra sirve Cateura, a un paso de
generar un desastre ambiental —protestaba este demócrata de Asunción,
esperando lograr conciencia en el país.
Bien común y justicia
La injusticia
no es otra cosa que la corrupción sistémica en potencia, al amparo de los
gobiernos, que demuestren su aceptación.
Es hora de
salvar al país del tabaquismo, producto del amiguismo político y la falta de
cumplimiento de los acuerdos internacionales, aceptados como principio de salud
pública, en nuestra legislación vigente.
Seguimos con el
viejo sistema, de querer justicia para todos, pero no tenemos la voluntad de
cumplir, la fe del buen vivir, respetando el bien común y superando la
inacción.
—En síntesis —me dice—, la vieja bullanguería de plaguearse,
protestando en silencio, al son de los indigentes y pueblos originarios; medio
congelados en estos días fríos que nos da el ambiente.