El nacionalismo curacionista desde su concepción es y será
democrático. No se puede decir “ser humano” pero esclavizar a los congéneres,
solo para aumentar mi poder,
acumulando riqueza y expandiendo productos tóxicos; destruyendo al mismo eco
sistema de este planeta denominado “Tierra”. Sus habitantes no podemos seguir
siendo imitadores de los animales. Ya ha aparecido la doctrina, la idea, una concepción
fundamental de civilización.
Por eso, el curacionismo muestra al hombre su razón de ser en el planeta y explica un enigma hasta ayer: la corrupción.
Sin embargo, nadie es capaz de ayudar para ir curando este flagelo en el mundo entero y así vivir el verdadero reino de los hombres con sabiduría y justicia sin mentir.
Ya hemos demostrado a través de
Primero, según investigación, todo era caos y luego aparecen las primeras organizaciones con poder, basado en el principio del más fuerte, llegándose después el poder religioso hasta llegar al poder democrático de nuestros días, donde también nos damos cuenta de la importancia de la política para el progreso de las naciones civilizadas, aunque siguen habiendo políticos o mejor “politiqueros” que aseguran que no creen en la política como transformador social. Esta idea mal deformada viene de la cultura “peloteril” latinoamericana que confunde política del fútbol con política para el manejo del Estado. Es la corrupción del más alto grado.
Esto nos concluye que la corrupción es la raíz de todo orden social conocido y que constituye el camino natural de la curación social.