Un parroquiano de Pedro Juan, se quejaba del cuarto poder, mientras veía las noticias
nacionales: —“Pero, ¿acaso hay corrupción
en el país?”.
Según la TGC (Teoría General de la Corrupción), la
ignorancia siempre está en movimiento, por ser elemento dinámico del sistema.
“Esta idea de solo buscar
ventilar los actos, hechos y prácticas de
la corrupción sistémica, a través de la prensa, casi nunca tuvo efecto positivo,
y últimamente, hasta se puede pensar que resulta un medio de “lavar” a los
peces gordos, de tales acusaciones”—explicaba el ciudadano del Norte.
La simple denuncia repetitiva, aburre, cuando la supuesta
prensa investigativa, no logra explicar un poco más a fondo las cosas, en sus
acompasados programas.
Esta forma de presentar sucesos pasados; sin discriminar su
naturaleza jurídica, con tal de hacer correr un titular o noticia en las redes,
y así obtener un poco más de rating, está posibilitando una promoción colateral,
a los propios políticos imputados. Manteniéndolos en la jerga de la acción:
¡algunos son tan inocentes!, y otros, más osados, aprovechan los espacios
incluso, para pedir votos, otra vez.
Así se desarrolla la democracia con libertad de acción y pensamiento:
todo es posible. Pero, es el ciudadano quien debe saber, defender y rechazar,
todos los abusos del derecho y de la ley; si pretende un bienestar futuro.
No todo es noticia, en política. Pero todo acto, hecho o
práctica, constituye información relevante para la sociedad, la cual
normalmente es controlada por el cuarto poder, encargado de transmitir y
enseñar a la población, por medio de la exposición veraz, para la valoración
con virtud.
—“Digo que no hay
corrupción en el país, porque abunda el desconocimiento de la ética y la
conducta, obsecuente y parcial de los encargados de la función pública, por lo
cual, ya no resulta una noticia”.