En Villeta
Un parroquiano de Guyrati dice: “Aquí la corrupción sistémica está con firma y
sello”.
Según la TGC, la ignorancia en movimiento, una vez más
usa el poder a favor de alguien.
En nuestra administración están los representantes de la justicia con “doble carácter”, quienes
están obligados, constitucionalmente, a corregir este tipo de atropellos;
principalmente sobre las propiedades y en particular de un excedente ocupado pacíficamente, durante años. Si eso no ocurre, es
la máxima instancia judicial, la que
debe pronunciarse para reivindicar a los
ocupantes.
También debe indemnizar
a los mismos, a costa de éstos abusadores
de derecho, al tomar y titular un excedente
poblado.
Ideología de la
corrupción
Nuestra democracia
y el cuarto poder, claman por la
claridad, libertad y virtud; exigiendo el vigor del Estado de derecho, ante la injusticia al amparo de la ley. Es con este tipo de firma y sello, en
Latinoamérica, como se genera y se ha generado objetivamente la pobreza.
“Ésta aumenta, porque la corrupción sistémica sigue siendo la doctrina
a seguir, por los actores políticos, simuladores, que utilizan a los partidos
políticos como aguantadero de planilleros en las instituciones”—afirmaba
el villetano.
Esta sombra del flagelo más grande del mundo, hace que hasta
dólares quieran cultivar, tal vez
con criterio alquimista, en los jardines de “Dios”.
Corrupción económica
La corrupción sistémica internacional, está sostenida por la
ideología parcial y oportunista, de supuesta solución en todo lo urgente y
necesario, pero en manos de unos pocos, disipando la verdadera democracia económica.
El ejemplo de esta ideología, en el país, está en la libre y
discrecional utilización de los recursos
de las binacionales y empresas del Estado, el monopolio de los productos de primera necesidad y la fluctuación cambiaria proteccionista:
todo lo cual nos va llevando por el camino de una inflación desesperada, fruto exclusivo de la falta de civismo, movido por una política económica, al servicio de la ignorancia y el despojo.