Los valores del
Paraguay
Un parroquiano de Limpio
me explica: —Aquí no valoramos a nadie,
salvo a la corrupción sistémica nacional.
Según la TGC, la comparación
es un mecanismo otorgado a los seres humanos, para tratar de corregir y progresar.
Varios hechos, actos
y prácticas, resultado de la corrupción sistémica a nivel nacional, han repercutido; demostrando al país
entero la frágil estructura a favor de la claridad,
libertad y virtud; para sostener una verdadera
democracia, capaz de respetar a los
valores en su justa razón.
—También es de conocimiento
público —decía una senadora —que no queremos nosotros los paraguayos a nuestros
intelectuales.
—A eso se debería agregar: “y pisoteamos los derechos
humanos con sus luchadores y su medio
ambiente” —agrega el demócrata limpeño.
Ignorancia y derechos humanos
Estas comparaciones posibilitan claridad en el proceso de la vida, para emprender la superación de la ignorancia, caballito
del flagelo más grande de este mundo.
Ya Emiliano decía
“hay que leer un poco más”,
respondiendo a sus adversarios como poeta; muy digno de recordar en este día de
la Paz del Chaco.
—Uniendo ya, tal vez, con la partida del otrora gran
luchador Luis Alfonso Resck, hacia los jardines de ‘Dios’
—recordaba meditabundo este limpeño, miembro activo de la CONADEH Paraguay.
Es la comparación único medio de apreciación subjetiva y ética, capaz de enseñar a través del cuarto
poder, siempre y cuando respeten sus miembros aquellos principios superiores de derechos humanos.
El sistema objetivo de la corrupción
Al carecer de la cultura
objetiva, ocupando cargos públicos
de relevancia, comparativamente, ante los actos, hechos y prácticas de la
corrupción sistémica, los lleva al desprecio
del mismo ser, tratando de aminorar los desastres ocurridos en el medio
ambiente nacional.
Mientras, otros promocionan y tratan de justificar lo temporal,
en perjuicio del medio ambiente natural,
protegido en el mundo entero, si es que pretendemos ayudar a nuestros
descendientes contra la vorágine destructora, de quienes convirtieron en mendigos a los pueblos originarios de
toda América, hasta hoy sin poder recuperar lo perdido, a manos de la supuesta
civilización.
Anhelamos mejorar y mantener nuestra democracia de acción y pensamiento, ya que es la única manera de
salir de este atolladero político,
al servicio de unos pocos, comparativamente.