Control de doble filo
Un parroquiano de Ca’aguazú me explica: “Los controles principales de la corrupción sistémica, están en manos
del gobierno”.
Según la TGC, la ignorancia en movimiento es la que crea
la corrupción en un país.
Para desarrollar esta
idea podríamos partir de la base de un Estado
de derecho, que en una democracia de verdad, resulta de acción y
pensamiento; pero siempre sujeta a sufrir ataques
de los totalitarios, ya sean de izquierda o de derecha. Buscarán utilizar,
los “controles”, como medio coactivo, para imponer
sus intereses económicos y recaudar a
favor de la corrupción sistematizada.
Concepto forzado de
bien común
“Hoy día sabemos la verdad, a través de la prensa, mucho discurso, pero sin plata para los que trabajan y luchan por la justicia”, advertía el ciudadano de tierra adentro.
La claridad, la libertad y la virtud, buscan bajar la corrupción a través de la ciencia; en manos de los funcionarios, capacitando su comprensión del servicio al bien común.
“Nuestro pueblo está dolido, volviendo a la vieja andanza, de la duda y el miedo, con una corrupción galopante”, mencionaba un
parlamentario.
Función pública y
abuso de derecho
Aquí lo que falta es la ética
de los encargados, en cada una de sus acciones
y funciones; para superar la injusticia, en este juego de realidades.
La costumbre de callar ante los abusos de derecho y atropellos de los poderes, tan de moda, desde los viejos tiempos de Latinoamérica, va volviendo a nuestro
país, como golondrina viajera, tratando de destruir la democracia, que fuera
tan aplaudida últimamente en el mundo.
La Constitución
en su artículo 106 establece
perfectamente el grado de responsabilidad de los encargados de la función pública, cuyo cumplimiento, si no es
ejecutado, debe generar responsables ante el país.
Cultura política
“Los dobles discursos,
siempre en boca de politiqueros, ya los conocemos de memoria”, remarcaba el demócrata.
A la sombra de la ignorancia, está la corrupción
sistémica, en cualquier parte del globo, sin importar otro objetivo más que extraer, recaudar y mantenerse con una estructura a su servicio.
Desarmar esta
ideología, para bajar este mal en los gobiernos, siempre constituirá loable
trabajo, de todo el pueblo paraguayo.
Esta nueva prueba nos permite aunar más los “controles”
contra la ignorancia para bajar la corrupción sistémica.
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