Discriminación por
años
Me llamó un parroquiano
de Quyquyhó, para decirme: “A la
corrupción sistémica no le interesa
ni importa la edad...”
Según la TGC, la ignorancia puede aparecer dando
soluciones, de largo y mediano plazo, pero para el beneficio directo y de corto plazo, de un grupo o casta privilegiada.
Esta claridad,
libertad y virtud, en una democracia
de verdad se puede resumir en lo siguiente: Así como el tiempo no respeta edad, si fue mal utilizado en la
vida, sobre aquello se rendirá cuenta ante la sociedad.
Deporte e injusticia
social distributiva
“Grandes son los reveses de la vida; tan achacoso principalmente para nuestros ex
jugadores de fútbol, golpeados por
carecer de una asociación, responsable de asistirles económicamente y en la salud.
Ya sea porque no tuvieron la formación suficiente, o porque otros usaron y administraron mal sus derechos”, insistía el
ciudadano de tierra adentro.
Un cuarto poder
solo de carácter comercial y promocional, termina con el único fin de ilusionar
a estas tristes sombras y producto
de la corrupción sistémica, doloroso al ver mendigos de de tierra adentro, cuya juventud fue gloria de tal o
cual ciudad, jugando al fútbol.
Nuestro Estado de
derecho, de carácter social, debe buscar los medios para asistir y dar una vida justa a estos ex
ídolos de nuestro deporte, hoy menospreciados
y puestos ante la sociedad como parias, por su actual condición socioeconómica.
Nuestros representantes deben tratar de distinguir entre gratificación y aguinaldo; que si
resulta más de uno por año, se constituye en aumento de sueldo disfrazado, para una casta preferencial, a nombre
de la productividad, sin respetar
edad.
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