República, no consulta
Un
parroquiano de Cateura me dice: “Lo favorable, en la interpretación, hace la corrupción sistémica en el país”.
Según
la TGC, el poder, naturalmente corrupto usa la ignorancia para acomodar los
intereses que hacen a sus círculos y beneficiarios.
Toda
nación verdaderamente democrática, en el mundo, tiene como marco rector a su Constitución, cuyos artículos están
reconocidos y aceptados por todos los ciudadanos; igual a un contrato de cumplimiento obligatorio
para las partes.
Si
este simple proceso no se respeta en la interpretación, llevando la misma a “lo
favorable” a las intenciones políticas
de sujetos privados, con alegaciones de voluntad popular y de la gran mayoría, no es otra cosa más que
la corrupción sistémica en acción, a través de la ignorancia.
Derecho al bien común
La
libertad, claridad y virtud, van
tomando el respeto de las normas constitucionales, para la gente, buscando sean
defendidos en su transición y no
cambiadas, por una turbulencia de la politiquería
subjetiva, de inclinaciones parciales, a favor de unos cuantos.
Aducir
sobre la existencia de una “mayoría”, en una República, solo puede tener su
origen en la ignorancia sobre la propia
forma de gobierno democrático. Nuestro gobierno fue electo para cumplir y
hacer cumplir la Constitución, no para legislar para ellos mismos. Pretender introducir una frase, sin cambiar el instituto
mismo, dentro de un párrafo prohibitivo, y fuera del propio mandato constitucional, en derecho público, puede devenir en
nulidad absoluta: desde su
concepción.
Marco internacional
Esto
es de vital importancia para la
estabilidad jurídica de un Estado social
de derecho, aquel donde las normas están para el bien común o general, y no solo para cubrir antojos de élite. Solo así se puede ganar cierto respeto
internacional, y superar lo bananero como país.
“Si
esta claridad no se respeta como
marco de una buena política, caerá nuestra democracia en estas turbias aguas de
Cateura”, repetía ofuscado el asunceno.
Si
hay injusticia hay ignorancia, en acción, cuyo resultado siempre es la corrupción sistémica; en cualquier
sistema de gobierno, que pretenda disfrazar de “mayoría” a las apetencias improcedentes y extemporáneas de mandamases
de turno, dejando a las leyes muertas, para favorecer a unos pocos y perjudicar a la generalidad.
Comentarios
Publicar un comentario