Un parroquiano del Alto Paraná, decía: “El país está alborotado por la corrupción sistémica, en busca de
claridad”.
Según la TGC, todo
poder sigue a su estructura corrupción, siempre que no sepa disminuir los
niveles de ignorancia.
En la democracia, la ignorancia puede ser fácilmente
utilizada a favor de grupos o personas, que lucran y sostienen muchas veces
gobiernos enteros en Latinoamérica.
Esta verdad absoluta en los manejos públicos, ocurre
siempre, tanto aquí como en cualquier lugar del mundo; pero, nuestro
posicionamiento internacional, registrado en base a una encuesta irresponsable,
pero transparente, ante el mundo civilizado, nos obliga a tomar medidas mucho
más eficaces tanto para el estudio del flagelo como en las políticas de
aplicación directa, lo cual sin una doctrina que las sustente, resulta
impracticable, desde el principio.
“¡Hoy los funcionarios
y algunos ciudadanos están alborotados—me repetía este señor preocupado—porque sigue la confusión de creer, que si
alguien fue electo ya no es funcionario público! Y luego, el ´elegido´, amenaza
con penalizar las críticas públicas, dirigidas hacia su persona. Sin embargo,
nuestra Carta Magna y algunas leyes generales, establecen claramente su
condición de funcionarios del Estado”.
“Esta broma de cobrar
sueldo del Estado, nafta del Estado y viáticos del Estado, para salir y hacer
política, diciendo por ahí que no es funcionario público, debe terminar.
Esperemos que la Justicia— donde están los responsables de interpretar y
corregir—a favor de un Estado de derecho,
actúen en concordancia”.
Solo así se podrá garantizar la libertad de expresión y
pensamiento, principalmente en aquellas zonas donde rige la amenaza de corte
mafioso- institucional, de enjuiciar a los críticos y favorecer solo a los
obsecuentes.
Cada día aprendemos como país, la posibilidad real de
aplicar la claridad, la libertad y la virtud como valores, para ir bajando la
ignorancia, tan empotrada en la escala de la interpretación jurídica; aplicando
las normas de acuerdo a los intereses de los que se creen dueños del poder en
la República. Vamos a seguir teniendo mucho alboroto, para vencer a la
corrupción sistémica en el país.