Hasta parece un contrasentido, en la opinión generalizada de que la política no puede ser "nunca" anticorrupción. Ese es un falso concepto, porque de hecho, lo hemos demostrado en nuestra Teoría General de la Corrupción, que la política existe para ese fin precisamente, y no para los otros que le han asignado las ciencias económicas.
Discurso de presentación de la doctrina curacionista en Lambaré. Paraguay. 4 de dic. 2011.Francisco Blanco León
La función de administrar está sujeta a la esencia de buscar disminuir los vectores de corrupción e ignorancia, a través del poder otorgado en democracia o en otra forma de gobierno. Al parecer se está olvidando la razón misma de la organización social humana.
El fin del poder no es simplemente gobernar, llevar adelante estructuras, sino cumplir con el fin de curación, tutela, guarda, tratamiento y prevención de la corrupción y la ignorancia(ésta última está explicada claramente en su real significado en el libro "La ignorancia y la corrupción"). Muchas veces esta ignorancia está dada por la deficiencia en alguno de los aspectos de la ley misma, como bien puede verse en este ejemplo de reconocimiento explícito de la ignorancia como factor del poder.
La lucha anticorrupción es la primera que debe ser politizada, para que sus postulados puedan ser cada vez más cercanos a la realidad de la praxis política, y no constituyan meros negociados, o nuevas infladas a los presupuestos con el bello lema de "good governament".
La verdadera política debe ser separada de la falsa política, para entender que la primera misión es la disminución de la corrupción y la ignorancia, no cualquier corrupción, no cualquier ignorancia. Es la gran corrupción que utiliza a la propia ley como esclava. No es la simple ignorancia, de saber sumar,restar, o algo de historia; es aquella ignorancia que es la incapacidad misma a razonar y tomar conciencia de los datos que se ponen en el tapete y accionar en consecuencia. Esa ignorancia creada por la obscuridad misma de los anaqueles del poder y del derecho. Contra eso debemos luchar, pero políticamente. Ya que no podemos pretender "cambiar el estado de cosas", si es que no nos involucramos en la forma más básica de convivencia humana; en la estructura de organización social, que es la política.
Es mi opinión y postura. Pero debe aclarar que para formularlas he investigado, durante más de 35 años, de forma sistemática a los fenómenos de la ignorancia y la corrupción, como partes fundamentales del poder y de la existencia humana. Y que en el equilibrio y coexistencia sanas, se traduce la curación social, que es el proceso básico de la doctrina curacionista, que postulo como acción política y legado. De esa estructura investigativa y principalmente experiencia de vida, pude construir una teoría general de la corrupción, la primera a nivel mundial, que tal vez tarde en ser reconocida, y previendo esa circunstancia, la he convertido en doctrina política a fin de llevar adelante la acción, fundada en conocimientos científicos y experimentales sobre la realidad. Con métodos y resultados reales, aprobados en mi vida, y que irán siendo mostrados y llevados adelante por nuestro movimiento desde el Paraguay al mundo.
Debió hacerse este difícil paso personal y luego de equipo, para que la lucha anticorrupción se convierta en doctrina política. Porque si no teníamos claridad sobre el objeto mismo de nuestra lucha(la ciencia de la corrupción) no podríamos tener libertad ni virtud en nuestras propuestas y desenvolvimientos. A Dios Gracias, ya hemos empezado. Y seguimos adelante. Careciendo del "pastoso" apoyo pro-gubernamental y gubernamental del "movimiento" anticorrupción a nivel mundial, por considerarnos hipócritamente "politizados"(como si tales ONGs no lo fueran). Sin embargo, la historia irá demostrando que la esencia de la política debe ser permanentemente sacada a la luz. Sí, soy político. Pero con una doctrina política clara y contundente: el curacionismo, democrático y nacionalista.
Discurso de presentación de la doctrina curacionista en Lambaré. Paraguay. 4 de dic. 2011.Francisco Blanco León
La función de administrar está sujeta a la esencia de buscar disminuir los vectores de corrupción e ignorancia, a través del poder otorgado en democracia o en otra forma de gobierno. Al parecer se está olvidando la razón misma de la organización social humana.
El fin del poder no es simplemente gobernar, llevar adelante estructuras, sino cumplir con el fin de curación, tutela, guarda, tratamiento y prevención de la corrupción y la ignorancia(ésta última está explicada claramente en su real significado en el libro "La ignorancia y la corrupción"). Muchas veces esta ignorancia está dada por la deficiencia en alguno de los aspectos de la ley misma, como bien puede verse en este ejemplo de reconocimiento explícito de la ignorancia como factor del poder.
La lucha anticorrupción es la primera que debe ser politizada, para que sus postulados puedan ser cada vez más cercanos a la realidad de la praxis política, y no constituyan meros negociados, o nuevas infladas a los presupuestos con el bello lema de "good governament".
La verdadera política debe ser separada de la falsa política, para entender que la primera misión es la disminución de la corrupción y la ignorancia, no cualquier corrupción, no cualquier ignorancia. Es la gran corrupción que utiliza a la propia ley como esclava. No es la simple ignorancia, de saber sumar,restar, o algo de historia; es aquella ignorancia que es la incapacidad misma a razonar y tomar conciencia de los datos que se ponen en el tapete y accionar en consecuencia. Esa ignorancia creada por la obscuridad misma de los anaqueles del poder y del derecho. Contra eso debemos luchar, pero políticamente. Ya que no podemos pretender "cambiar el estado de cosas", si es que no nos involucramos en la forma más básica de convivencia humana; en la estructura de organización social, que es la política.
Es mi opinión y postura. Pero debe aclarar que para formularlas he investigado, durante más de 35 años, de forma sistemática a los fenómenos de la ignorancia y la corrupción, como partes fundamentales del poder y de la existencia humana. Y que en el equilibrio y coexistencia sanas, se traduce la curación social, que es el proceso básico de la doctrina curacionista, que postulo como acción política y legado. De esa estructura investigativa y principalmente experiencia de vida, pude construir una teoría general de la corrupción, la primera a nivel mundial, que tal vez tarde en ser reconocida, y previendo esa circunstancia, la he convertido en doctrina política a fin de llevar adelante la acción, fundada en conocimientos científicos y experimentales sobre la realidad. Con métodos y resultados reales, aprobados en mi vida, y que irán siendo mostrados y llevados adelante por nuestro movimiento desde el Paraguay al mundo.
Debió hacerse este difícil paso personal y luego de equipo, para que la lucha anticorrupción se convierta en doctrina política. Porque si no teníamos claridad sobre el objeto mismo de nuestra lucha(la ciencia de la corrupción) no podríamos tener libertad ni virtud en nuestras propuestas y desenvolvimientos. A Dios Gracias, ya hemos empezado. Y seguimos adelante. Careciendo del "pastoso" apoyo pro-gubernamental y gubernamental del "movimiento" anticorrupción a nivel mundial, por considerarnos hipócritamente "politizados"(como si tales ONGs no lo fueran). Sin embargo, la historia irá demostrando que la esencia de la política debe ser permanentemente sacada a la luz. Sí, soy político. Pero con una doctrina política clara y contundente: el curacionismo, democrático y nacionalista.