Una parroquiana de Capiatá me dice: “Si tenemos voluntad no importa la edad para aprender en la vida y superar los obstáculos”. Hablar de voluntad, sería, para el ser humano, como empezar a gatear, para luego aprender y llegar a caminar. Nadie que ha empezado a vivir su vida y, tal vez, la buena, en una sociedad sin claridad, donde fácilmente se cae en la ignorancia, renunciaría de corregir sus errores y abrir las ventanas hacia el infinito, con luz capaz de buscar la verdad. “Pero estamos viviendo en un Estado social de derecho, ¿o no?” –inquirió. No estamos discutiendo sobre nuestro sistema de gobierno, sino sobre un interés personal que tenemos, al cuidado nuestro, capaz de hacernos superar la inacción social que repercute, justamente, cada cinco años; si dejamos endulzarnos con los colores de amigos y parientes; muy sirvientes en la época de las campañas políticas. “Eso es cierto, hoy todos te saludan con abrazos y besos; pero cuando uno les necesita después, ni siquiera
Blog sobre corrupción. Artículos basados en la primera Teoría General de la Corrupción a nivel mundial. Autor y fundador del curacionismo político.