Una parroquiana de Yaguarón protesta: “Cada día tenemos más recortes para la educación”.
Según la TGC, los poderes sin claridad van sin rumbo.
Aquí entre nos: muy fácilmente pretendemos comprender y solucionar cualquier contratiempo, pero luego nos cuesta darnos cuenta que antes de solucionar hemos empeorado, en los procedimientos. Y eso, al parecer sucede con la formación de los niños y jóvenes educandos.
“Ahora, cuando se intenta volver a clases, ni ventana tienen las escuelas. Sin ventilación”
Esa cuestión no es nueva, hubo épocas en las que se inauguraban instituciones equipadas, pero luego se dasarmaban y eran llevadas a otro lugar, para ser desatada la cinta. Y así, casos de hechos corruptos, cometidos en todo el país estamos llenos.
Las calles y rutas sin nombrar, edificios y puentes sin calidad, con precios de primer mundo, al amparo de gobiernos sin responsabilidad social.
Al parecer los integrantes deberían respetar ese Estado de derecho, en medio de la corrupción sistémica, tan popular.
“Eso es cierto. Hasta cuántos millones es el perjuicio se sabe, pero no pasa nada”.
Los organismos y las personas encargadas de la justicia deben actualizarse en el tema, así como los educadores, para luchar con efectividad contra los actos, hechos y prácticas corruptas. Caso contrario, estaríamos lo mismo que en el siglo XIV, pensando en la solución, cortando cabezas.
Hoy ya se ha demostrado que la corrupción es sistémica. Que el uso indebido de las funciones públicas constituye la gran ignorancia, amparando a lo subjetivo en los cargos, cuyos resultados pagamos todos.
“A mayor publicidad, más incumplimiento en las escuelas”.
Son el efectivo fácil de manejar, como las famosas meriendas escolares y otros gastos varios, aceptados y callados por muchas comisiones escolares, ya sea por estar en lo política o imposibilitados a enfrentar a la misma corrupción sistémica en acción, moviendo los recortes.
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