Una parroquiana de Asunción me dice: “El IPS debe vencer la debilidad social con derecho”.
Según la TGC, la ignorancia utiliza el derecho mediante la interpretación de la ley.
Si expresamente en la norma laboral principal, está escrito que los gerentes, personales cuentapropistas, que superen altamente su remuneración, a los de la clase popular o hasta un tanto, no pueden formar parte de la seguridad social pública, o llamarse jubilados del instituto de previsión social, es inconcebible una interpretación o adaptación que desvíe al postulado legal de su finalidad expresa, que es la protección de los trabajadores.
Esta teoría está refrendada por nuestros representantes en ambas Cámaras y no puede ser transgredida por un solo poder. De ocurrir tal hecho, acto o práctica, cae en ignorancia o injusticia social, que viene a ser el caballito de la corrupción sistémica.
“Nosotros, jubilados, tenemos las cartas sobre la mesa y la soberanía” -expresó la dama.
Si nuestro sistema constitucional es social de derecho, no se puede admitir las pretensiones de unos pocos para llevar muy pronto al desfondo al IPS; por dar gustos a unos pocos que nunca deberían haber sido asegurados, y, que si han aceptado tal condición, no pueden forzar en un Estado de derecho, con mayor razón los fondos sociales, única manera de amparar a la clase más débil del país.
“Muchos, al discursear, dicen ´hemos pagado’, sin embargo, todos los jubilados también seguimos pagando el fondo”
Esa cuestión suena con mucha ignorancia a favor de la administración actual, que considera como trastes viejos a los jubilados a la hora de pagarles y atenderles en los hospitales, y tal vez muchos jóvenes empleados creen que los jubilados ya no pagan, y que no merecen tanta atención.
Es hora que superemos estas debilidades, para vivir en una verdadera democracia sin ignorancia.
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