Una parroquiana de Ciudad del Este me dice: “Si los bancos públicos
prestan a un 9 % en esta crisis sin precedentes, ¿será la idea que el Estado
debe ganar?”
Según la TGC, la ignorancia y el poder hacen la corrupción: sistémica o pancorrupción.
Esta ignorancia siempre establece las condiciones previas a los funcionarios,
para confundir en una democracia y, con mayor razón, en un Estado social de
derecho, como lo es el nuestro. Se eleva entonces, la aparente oportunidad como
sinónimo de dar supuestas soluciones a las urgencias en las que viven los
ciudadanos.
“Así debe ser, ya que, en todo el mundo, los administradores del “Estado”,
ofrecen préstamos sin interés a los afectados directos, para no cerrar los “trabajados”
–insistió.
No debes olvidarte que nosotros vivimos en el subdesarrollo, donde la
ignorancia es ley y la solidaridad es oportunismo, como la política.
Hoy, esta claridad la estamos viviendo en todos los rincones de la
geografía nacional y, es más, muchos compatriotas están con ganas de volver, al
comprobar la difícil situación fuera de una patria que, por más humilde, nada
la iguala, en su forma de vivir.
“¡Pero los bancos deben bajar al 0% sus tasas de interés, así como
hacen los desarrollados! O si no, estamos ante un “acto de corrupción” que
generará más daño aún a la economía, ya maltrecha, del país”
Tanto, tal vez, sería imposible. Con el 2 % ya tendrían balance positivo,
aplicándose un buen control y seguimiento sobre los préstamos; y que no ocurra
lo tradicional en la banca pública, que nadie paga y queda un clavo, que
siempre los administradores mencionan, pero jamás investigan, sobre quiénes son
los responsables directos y hacer cumplir la Constitución Nacional en su Artículo
106 y concordantes.
Hay corrupción cuando la función pública, sus administradores, también
son responsables, con sus propios bienes, de la mala y a veces nula gestión que
lleva al desfalco, incluso después de varios gobiernos sucesivos.
Para lograr dimensionar, este tipo de perjuicios a una nación o Estado,
donde todos debemos pagar, también debemos estar obligaos a exigir que se
cumpla la “ley” por igual, para los mandatarios y el pueblo.
Por eso se sigue luchando por la democracia, por otorgar esa posibilidad
de resistencia. Pero, si esto no ocurre y no se hace como es debido, el dinero
siempre lo maneja la ignorancia.
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