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La corrupción y la libre concurrencia

Nuestra democracia ha comenzado a levantar los conceptos, exigiendo a los actores políticos, cumplimiento de la Carta Magna; posiblemente, con una sugestiva intención de evitar, de manera un poco más visible, la corrupción sistémica. Ese parecería ser el tenor de lo manifestado, recientemente, sobre el respeto de la libre competencia : un concepto clave, para una economía de mercado. Según la TGC, si la ignorancia en la ocultación del poder, se utiliza a favor de una persona, o, de un grupo específico de interés, se convierte en injusticia.

La corrupción y el populismo

Me decía un parroquiano del “Bañado Sur”: —“Aquí, las promesas de los politiqueros ya nos da calambre; pero la corrupción sistémica no baja”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder hace estragos en toda sociedad inculta. El objetivo de toda política, por lo tanto, debe ser “ buscar el bien común ”; pero si los actores políticos, no están a la altura, para construir esta realidad, son simples politiqueros al servicio de pretensiones personales.

La corrupción y la venalidad pública

“Aquí en nuestro país nos conocemos todos , —me repetía sonriente un parroquiano del Bañado Sur, mientras veía pasar una cuatro por cuatro frente a él— no puede bajar la corrupción”. Según la TGC, si el poder no trata de comprender a la corrupción sistémica, cuidando sus estructuras, hay injusticia. Hasta hoy existen ciudadanos que consideran a la corrupción, solo como los hechos, actos o prácticas realizadas por alguien carente de conocimiento o falto de ética. Es decir, se hace primar lo subjetivo.

La corrupción y el "no teórico"

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Estamos cansados del “no” teórico y la corrupción sistémica que nos agobia”. Según la TGC, el poder siempre debe bajar la ignorancia, para no caer en el descrédito. Bien sabemos que existen dos clases de corrupción en el mundo entero: la pequeña y la grande. Ésta última, se denomina “sistémica”, y son sus actores, los encargados de todo poder público. Sea cual sea el sistema político que se practique.

La corrupción y las áreas rurales

Me decía un parroquiano del Alto Paraná: —“Mientras sigue la idea, en la mente, que uno hace política para solucionar su propia situación, habrá ignorancia y falta de justicia”. Según la TGC, todo poder debe tratar de bajar la ignorancia y buscar la justicia. Nuestra campiña tiene sus sabores peculiares y la gente comienza a darse cuenta, cuán difícil es hacer comprender a los ciudadanos, la importancia de participar en la política; para buscar el bien común.

El conflicto ético*

*Extraído de la primera parte de la conferencia “Hacer crecer”, 2014. Doctrina curacionista. La realidad dentro de toda estructura social, es que los personalismos se  aíslan, dando mayor lugar a los equipos: Ahí es donde se pone en duda la ética personal, evaluándose una moral de grupo. De necesario respeto, para permanecer como parte de ese órgano; de trabajo, de interacción. La situación se agrava en la función pública, donde los intereses políticos se confunden con los económicos, la mayoría de las veces, de carácter personal o individual. Allí es donde surge la pregunta de los jóvenes; y, de los no tan jóvenes también. ¿Cuál es la utilidad actual de la política? Si todo aparentemente, pasa por lo económico. Porqué no se reconoce simplemente, que la política es un gran negocio. Así dicen, así decimos. Es por eso que hemos tratado de investigar a la corrupción, como una ciencia, para su estudio y comprensión. Solo así pueden entenderse los fenómenos y realidades de nuest

La corrupción y la obediencia política

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —“Aquí, la única obediencia que existe: es para la corrupción sistémica, de la cual son responsables los políticos”. Según la TGC , la ignorancia en la ocultación del poder, se maneja en la política y en la interpretación de la ley. Al tener un sistema democrático, la gente puede, fácilmente, comprobar el origen de los males sociales; del presente o del pasado. Pero, el cuarto poder, juega un papel trascendental, para que la información provista a los ciudadanos, pueda, realmente sanear la política y no solamente publicitar, promocionar y posicionar, a la politiquería , como el statu quo. Como parte del folclore, pretendiendo hacer creer que tiene nuestra aceptación cultural.