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Siglo XXI: La era del aprendizaje social

Para lograr métodos efectivos y valorables contra la corrupción, la sociedad, como ente heterogéneo debe iniciar un permanente aprendizaje. Sin prejuicios, subyugaciones y criterios pretéritos. El siglo XXI representa la expansión de la información sin límites. La ignorancia sin límites. El conocimiento sin límites. Y precisamente, los límites, basado en los valores, solo las personas, los ciudadanos, podrán establecerlos. Pero no ya con un dirigismo estatal, sino con un verdadero espíritu democrático. Ya no somos meramente “pueblo”, somos gente, iguales, en dignidad y derechos.

La corrupción y la colegiación obligatoria

Un parroquiano del Bañado Sur, me decía: “Si ahora obligan a los profesionales a pedir permiso para trabajar, cada día el pobre estará  más abandonado aquí…” Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, puede causar estragos en los países subdesarrollados; mientras que, en los más avanzados, hasta puede pasar desapercibida. La figura de la ‘colegiación’, parecía superada en nuestro país; no tan ética cuando se trata de cuestiones sociales. No solo porque existen muchas profesiones sin título; sino porque el ‘claquismo’ de la democracia bananera, nos llevará, más fácilmente a cortar la libertad profesional, que a mejorar la calidad, utilizada como motivo para la promulgación. Los favorecimientos o “empujoncitos”, para tal o cual familia, partido, grupo o compadre del poder, es una realidad visible hoy por hoy, en cualquier adscripción social, función pública o registro profesional. Tanto más podría verse reforzado, en una cuestión limitante y fundamental, indivi...

Doctrina de la curación social

La corrupción llevó al caos, y el caos obligó a los seres humanos  a construir el derecho; pero el derecho, como toda decisión humana, tuvo un efecto colateral: la corrupción sistemática. Que tiene como fin la autodestrucción del propio derecho, relativizando sus postulados. ¿Está preparados el derecho y la sociedad para reinventarse y combatir su propio veneno?

La corrupción y los insumos públicos

La responsabilidad del Estado, en cualquier sistema político: cuidar de los insumos públicos, para hacer respetar la ‘plata’ de los contribuyentes. Ante esta realidad, los actores son responsables por los daños y perjuicios de la corrupción sistémica, provocados durante su administración. Según la TGC, si el poder no cumple lo establecido constitucionalmente, su administración es injusta. Porque todo poder envilece y es corrupto por naturaleza, teniendo a la ignorancia en la ocultación como sustento, el estudio objetivo de la realidad política, se hace imperioso.

PANCORRUPCIÓN*: La clave roca y fluido

La corrupción es fácilmente identificable ya que esta necesita de un sistema para funcionar, y los sistemas tienen una forma mecánica de funcionar, al contrario del fluido del derecho natural. Lo mecánico es detectable, si la ignorancia es superada. La corrupción utiliza el principio de ignorancia por sistematicidad , de modo a funcionar y hacer frente a la magnitud del fluido del derecho natural que es permanente, no tiene forma y se encuentra en todos lados, no tiene concentración. En cambio, la pancorrupción , tiene concentración en dos aspectos: la ignorancia y el poder, y sobre ello reducen su acción, de modo a protegerse del aluvión permanente del derecho natural y de la justicia.

La voluntad en los sistemas de corrupción

El sistema de la corrupción, compuesto por los dos elementos básicos, ignorancia y poder, no requiere de una voluntad plena, o consentimiento expreso de las personas, para que funcione como tal. Es decir, los eventuales agentes, solo necesitan del vicio de la ignorancia, entendida como una negación, y no como un simple desconocimiento, para que  actúen dentro del sistema. Por eso, mencionamos que el vicio principal de la voluntad, en estos tiempos de la sociedad, es la ignorancia. Pero una ignorancia que tiene tres grados, que se interrelacionan según la actividad que realiza la persona, y las normas que rigen tal actividad.

La corrupción y los pueblos originarios

La historia vieja de nuestros pueblos originarios, abarrotados por la corrupción sistémica: hace más difícil mitigar sus males, a favor de sus derechos. Según la TGC, sin el poder no existe civilización; sin embargo, la ignorancia en la ocultación de tal poder, puede causar todo tipo de injusticia. Desde la llegada de los ‘blancos’, en muchos de los pueblos nativos, hubo y habrá mucha corrupción sistemática, tratando de expoliar económicamente, a través de promesas incumplidas, realizadas en la fuente de la emergencia y  la necesidad. Utilizando, el derecho, en su interpretación, para alargar el cumplimiento de sus derechos.