Mayoría social y curacionismo

Una parroquiana de Pilar me pregunta: ¿La mayoría social no puede superar al derecho?

Según la TGC la ignorancia en acción hace a la corrupción, por eso, hablar de política es mucha responsabilidad, si entendemos su significado en el mundo.

Pero también existen partícipes sin entender y mucho peor, sin importarles, la razón de ser de tal actividad.

Yo creo que el país está minado de eso último, socialmente, agregó la mujer.

El ser humano no puede vivir sin política en el mundo, ya que la interacción hace posible mejorar la convivencia. Ahora bien, separar el derecho de la política, sería lo más indeseable para los que están en los poderes; pero, lamentablemente, debe hacerse de uno u otro modo. Solo así podrán respetarse los derechos civiles y la cosa pública.

Esta cuestión es determinante para que exista la tan mentada “igualdad” entre gobernantes y gobernados, según la ley. 

Ahora bien, fácilmente, los mandatarios, se olvidan de esta responsabilidad constitucional, alegando una supuesta mayoría democrática que les favorece para gobernar, conforme a su sola voluntad, beneficio e interés. Incluso, a veces, tienen el descaro de llamarle interés general a la supervivencia política.

Entonces, en vez de políticos, se convierten en gestores, que gobiernan de acuerdo a su situación económica y el grado del pueblo para reclamar sus derechos.

Si esta supuesta igualdad proclamada en la ley, se pisotea, no hay democracia, repetía muy enojada la señora.

Nosotros recién estamos comenzando a filosofar sobre estas aristas, sobre estos principios de derechos humanos universales, en los países con regímenes constitucionales de Estado de derecho; sin embargo, los jóvenes están muy golpeados en la circunstancia especial que está viviendo el mundo entero.

No hay duda, el derecho prima sobre la acción política, ya que a ese fin, tenemos una Constitución; como un contrato preestablecido, cuyo respeto no se puede moldear al gusto de los partidos políticos.

Si esto ocurre, cae en la corrupción objetiva sistémica, orillando un totalitarismo trasnochado para el país, cuya gente y el pueblo, ha superado la dictadura y está con ganas de superar también la ignorancia social.