Siempre en el mundo moderno -me decía una parroquiana de Caacupé- los empresarios usan la máscara social como protección.
Según la TGC, la ignorancia en acción hace a la corrupción.
Pero no pienses que estamos hablando de cualquier tipo de corrupción, permítame explicarle con claridad.
Estas acciones, como las realizadas, a manera de exigencia por la fuerza, por parte de las empresas de transporte, unido al Estado, hacen nacer fácilmente la corrupción sistémica, en todos los ámbitos de la economía. En este caso, usando a los representantes de los mismos poderes para justificar sus pretensiones, que aparecen luego en leyes, de carácter general o particular; actos, que en una democracia de verdad, deberían de ser investigados y sancionados por el Ministerio Público, al constituirse en actos de corrupción tipificados como delitos en perjuicio de todos los contribuyentes.
Por eso digo, que usan máscara social, mintiendo a los más necesitados, aprovechando su relación o su servilismo electoral.
En los países pobres y sin buen criterio sobre lo que es una democracia de verdad, la utilización de los cargos públicos es el mal número uno, tanto, que a veces hasta da pena que los infractores de los actos, hechos o prácticas de la corrupción sistémica no comprendan su propio accionar en el sistema, queriendo justificarse con la honorabilidad de las familias o en las creencias religiosas de corte tradicionalista, para seguir desvalijando las cosas de todos en el Estado.
Ya muy ofuscada repite esta señora: a diario ocurre eso en el país.
Mientras la civilidad de la gente no comprenda que las cosas públicas están en manos de los funcionarios, no les pertenecen a éstos, sino que solo son los encargados de cuidar y mantener y si posible fuere mejorarlos. Para tal efecto se le ha dado el voto, nombramiento o elección por concurso, como es el caso de los maestros y otros cargos de magistratura, muy conocidos.
El descuido a su cometido debe ser penalizado e indemnizado, así como dice el artículo 106 de la Constitución, para luchar contra estas máscaras sociales que siguen siendo comunes en aras de la ignorancia.
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