Una parroquiana de #Yaguarón me llama y me dice: “En el IPS sigue la calesita y los medicamentos como en los viejos tiempos”.
Según la #TGC, el poder usa la ignorancia a través de la ley, para obtener beneficios ilegales en un sistema de corrupción.
La corrupción no la comete un “Juan Pérez”, sino “Estado con proveedores” a través de los acuerdos para hacer funcionar esas instituciones.
Aquí es cuando se percatan que en la práctica los poderes están a la orden de los funcionarios, quienes están al cuidado de hacer cumplir, como es el caso del Instituto de Previsión Social, a favor de los asegurados.
Es decir, son empleados públicos, cuya función es cuidar del buen funcionamiento a favor de sus asociados forzosos.
“Ahora nos dicen que no hay empresarios interesados en las #licitaciones. Eso me parece que huele a calesita”.
Aquí, como en todos los países pobres, las necesidades de los más necesitados, son usadas para sacar provecho, en supuesto nombre de los social.
Ya no hay interesados en ganar licitaciones, por los controles de la gente y la imposibilidad de seguir simulando entregas. Cobran una cantidad, pero a la hora de la entrega tiene un 20% diciendo que ya no tienen disponibilidad, demostrándose a cabalidad los manejos amañados de las contrataciones con transparencia.
Hay muestreo de contratos a la vista de la prensa, pero a la hora de usar esos medicamentos, no existen, obligando a los asegurados a comprar externamente los fármacos.
“Pero pasa el tiempo y de nuevo otra cantidad cobrada, pero no entregada, hacen la perfecta calesita, al estilo de la “unidad granítica” del pasado”, expresaba la ciudadana, con más de 30 años de aporte en el #IPS.
Si nuestros vecinos están cerrando todo y nosotros abriendo, cuál sería el resultado, estaríamos llenando los hospitales hasta el colapso.
El seguro social es muy interesante para la gente capaz de controlar a través de sus sindicatos y tratando de seguir a cada asegurado y principalmente a los jubilados, quienes hoy se encuentran imposibilitados y pagando doble, por un seguro que ya no utilizan.
Lastimosamente, el más alto porcentaje de la dirigencia de las asociaciones intermedias, de lo que fuere, están puestos a la corrupción, igual o más que en las reparticiones públicas incluso.
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