Una parroquiana de Asunción me pregunta: ¿Por qué es sancionado el presidente y no el club por la supuesta corrupción?
Según la TGC, las personas son responsables de las instituciones.
Esta claridad nos obliga a tratar de entender que una institución nunca
puede ser corrupta; sino solo las personas que las representan.
Quienes hacen funcionar el fútbol, como deporte profesional, en transgresión
de una norma de la propia FIFA, pueden resultar afectados. Pese a los
innumerables actos, hechos y prácticas de corrupción de los dirigentes,
de distintos países de América Latina, así como en otras latitudes.
Todos esos dirigentes usaron sus cargos, incluso de representación de
ligas nacionales, para beneficios personales o de grupos, asociados siempre en
perjuicio de pocos o muchos, desangrando la honorabilidad del fútbol y sus
competencias.
Entonces, la máxima entidad futbolera, como ejemplo, está distinguiendo
muy bien, que son las personas las responsables y no las instituciones, como
bien se explica en la TGC, que también distingue entre corrupción subjetiva y
corrupción objetiva.
En la prensa dicen que es un gran perjuicio a la institución y el
país –insiste ofuscada la ciudadana.
A veces hace falta leer un poco más de lo que tenemos en casa, para
darnos cuenta que una institución no se corrompe, para nada.
Como la FIFA, hace algunos años que se amoldó a los tratados
internacionales, en la lucha anticorrupción, firmados en el mundo, para cuidar
y hacer cumplir estas normas, la decisión no se hizo esperar.
Pero si aplicamos esas normas anticorrupción aquí, me parece que
habrá bastantes aplazados. –recalcó.
Tanto nos hemos habituado en el país a la mentira y la farsa, que muchas
veces no distinguimos verdad de falsedad. Esto es utilizado muy bien por los
dirigentes vernáculos, al servicio de los dobles discursos, aplaudidos a la
sombra de la ignorancia y la corrupción.
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