Una parroquiana de Asunción me llama y me dice: “¿Pueden cambiar los zorros sus hábitos en la ignorancia social?”
Según la TGC,
la ignorancia social ocurre al oscurecerse el derecho.
Si bien, la
pregunta de la ciudadana asuncena es comparativa, existen procedimientos de
algunos funcionarios, que nos recuerdan a épocas pasadas; de la muy mentada “privatización”.
Hoy, éstos,
volviendo al “redil”, pretenden devorar incluso los aportes públicos sociales,
aplaudidos y sostenidos por los amigos de turno en la estructura de gobierno
democrático. Democracia social de derecho, carcomida por el óxido fatal de la
ignorancia.
“Aquí nunca
cae nadie –repetía indignada la señora –aunque sea de conocimiento
público ante el país”
Hasta los
mismos compañeros de campaña están molestos por los actos, hechos y
prácticas al amparo de la ignorancia.
El método sigue
siendo: mostrar cierta urgencia o necesidad imperiosa para sobrefacturar
cualquier compra. Total, la ley y el derecho pueden ser adecuadas por la corrupción
sistémica, obteniendo beneficios personales, a costa de la ruina del
erario.
“Estamos
cansadas de vivir a doble vida de nuestros políticos; de boca, muy sociales a
las necesidades; pero, tras las funciones son verdaderos “zorros” sin otro
objetivo más que devorar, sin empacho lo poco del erario público”
Si bien la
corrupción no se podrá mitigar, si no modificamos algunos artículos de Código
Penal, ya que los discursos y procedimientos subjetivistas actuales solo sirven
para señalar a los culpables, pero a la hora de las penas, los mismos salen
beneficiados y la población dolida e indignada; desanimada para seguir
denunciando ante la opinión pública.
Es hora que
los encargados de la administración de la justicia usen las recomendaciones en
la lucha anticorrupción, firmadas y ratificadas por nuestro país ante
organismos internacionales y los conocimientos de la TGC.
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