A la gente le molesta, a todos nos inquieta, pero al mismo tiempo confirma lo que se ha determinado en el libro “La curación social”, la primera teoría jurídica de la corrupción: de que ningún poder, ni ninguna persona puede solo contra la corrupción.
En un estado de derecho “el fin no justifica los medios”, ya que los principios constitucionales y los derechos humanos deben ser respetados, aunque sean los de un criminal, es el espíritu constitucional moderno. Entonces si el Juez Garzón lo infringió es correcta su condena.
¿Puede ser considerada injusta y un amedrentamiento?
Puede ser considerada injusta, ciertamente, pero desde el punto de vista social. Constituye un error procesal, una infracción del magistrado castigado con lo máximo: su separación del cargo.
Muchos lo verán como amedrentamiento, sin embargo, el curacionismo lo ve como la oportunidad real de la sociedad, por fin, de convertir a la lucha anticorrupción en la esencia misma de la acción política.
Entender que fue en regímenes dictatoriales, de extrema de derecha o de extrema izquierda, donde supuestamente se hicieron las “grandes” campañas anticorrupción, las famosas “limpiezas éticas”. Sin embargo, sus procedimientos se hicieron al margen de todo principio humano. Fueron imposiciones de la “autoridad” a la ciudadanía.
La verdadera lucha anticorrupción se da en democracia, bajo los principios que lleva adelante el curacionismo que son: la claridad, la libertad y la virtud.
Solo teniendo una ideología política nueva, como el curacionismo, que comprenda las bases mismas de toda sociedad de todo poder, y que la corrupción es el impedimento para su mejoría y real ejercicio en democracia, solo así, podrá la humanidad comenzar a sanarse de sus heridas, y comenzar una nueva era de plenitud y conciencia.