Es la primera doctrina política de base nacional, porque se ocupa del mayor problema del Paraguay, a lo largo de toda su historia como nación. Si algo nos une a los paraguayos es la lucha contra la corrupción.
A nivel mundial también es la primera ideología política, que se aboca en un problema que no es de índole “directamente” económico, sino esencialmente humano.
Es nacionalista porque busca reivindicar nuestras raíces históricas y nuestros valores autóctonos, para lograr el desarrollo y la integración positiva del Paraguay en el concierto de las naciones.
Reconoce como único espacio para su aplicación al sistema de gobierno democrático constitucional, buscando un gobierno cada vez más participativo e inclusivo de modo a que la representatividad de las autoridades sea digna y virtuosa para todos los ciudadanos. Solo ampliando el poder se podrá disminuir la corrupción. Eso es curacionismo. Participación y justicia para el progreso de la nación.
¿De dónde nace?
Nace de la lucha ciudadana, que es realizada por el ciudadano común desde hace más de 200 años. Nuestra independencia ya se gestó por querer disminuir la corrupción y los abusos imperantes, por parte de la corona y sus lacayos en la provincia. Antes ya estuvo la revolución comunera, con Antequera y Castro.
Y el detalle es que se ha ocupado nuestro pueblo no solo de la corrupción, entendida como robo individual, sino incluso de los grandes sistemas de corrupción que involucran al poder mismo.
Entonces, con ese arraigo histórico, esa lucha por la “tierra sin mal” que ya viene de nuestros ancestros guaraníticos, nace el curacionismo.
Pero para nacer se tuvo que haber realizado todo un estudio científico de la corrupción: “La curación social” es un libro que constituye el estudio sistemático de la corrupción. Es la primera teoría general jurídica, social y política de la corrupción. Que permite la comprensión cabal del fenómeno de la corrupción, desde su génesis social hasta su conversión en un sistema multifuncional.