Ir al contenido principal

Causa próxima de la corrupción en Paraguay

Después de la Guerra del “70”, el Paraguay fue sumido al yugo de las potencias extranjeras.

Los políticos no eran más que comisionados de tales potencias.

La condición exigida era que sean desterradas todas las ideas y enseñanzas del Doctor Francia. Que nunca más se pusiera en práctica una política semejante, de modo a que el Paraguay no tuviera ningún atisbo de nacionalismo.


Los golpes y las revueltas, desencadenadas por ignorantes y corruptos, dieron origen a la primera etapa de la corrupción en el país. Donde se buscaba alzarse con el poder central de modo a “negociar” por medio del Poder, haciendo alarde de motivaciones ideológicas foráneas para nada correspondidas en nuestra nación.

La coyuntura de post-guerra vivida por el Paraguay, tenía coincidencia con la que también debieron sufrir otros Estados latinoamericanos, luego de las recientes emancipaciones.

Controladas en gran parte por antiguas potencias asentadas en nuestro mismo continente, pero en el Hemisferio Norte; así como las de Ultramar.

Las residentas hacían hasta lo imposible para sobrevivir a las penurias de las tropas de ocupación, hasta que pudo conformarse un nuevo gobierno constitucional.

Por primera vez en la historia, un país derrotado en la guerra, pudo conservar su condición de Estado independiente.

Los gobiernos paraguayos posteriores, ante la necesidad económica inmediata, no pudieron hacer otra cosa que seguir las directrices de sus vencedores, y plegarse a la corrupción.

Lo primero que pensaron fue vender o adjudicar a cualquier precio y modo todas las tierras fiscales disponibles al capital extranjero.

Los opositores pagaban con su vida cualquier crítica hacia el Gobierno imperante.

La oferta era atrayente para el Viejo mundo, lo cual produjo la llegada de inversionistas que adquirieron inconmensurables extensiones de tierra, a lo largo y ancho del país, levantándose como verdaderos señores feudales.

Esta modalidad de venta indiscriminada y apresurada de tierras, a fin de obtener capital para la organización del Estado, rápidamente desembocaría en una nueva guerra. Esta vez contra Bolivia por los conflictos del Chaco.

Posteriormente, debemos recordar que la gran mayoría de los gobiernos militares asentados en América Latina, con modelos de corte nazi- fascista, han provocado una profunda regresión en el desarrollo cultural de nuestro país, iniciándose desde entonces la segunda etapa de corrupción en el país: el gobierno de los ignorantes peligrosos.

Todo estaba permitido para los “protegidos” y “amigos” del gobierno. La ilegalidad, la corrupción y la impunidad alcanzan en ese período la categoría de canon de poder.

Durante todo el período transcurrido (1953-1996), la democracia ha resultado ser una mera imposición de las élites militares.

La Educación estuvo asentada sobre una base hipócrita, verticalista y mediocre. A nadie le era permitido hurgar más de lo permitido. La opinión imparcial se constituía en pecado mortal.

Se fue borrando del subconsciente colectivo todo ánimo de diálogo y de discusión constructiva .

Crease en esa época la actual pléyade de intelectualoides ignorantes y acomodados, encargados de llegar al poder organizando todo un sistema de corrupción masiva, tráfico de influencias y control electoral.

Ingresamos entonces hace unos años al gobierno de los acomodados, y con ello al gobierno de la corrupción sistematizada.

Con los tres ejes de acción y pensamiento de los ignorantes acomodados:

1º La violación e interpretación acomodada de la constitución, por parte de los mismos representantes del Poder Judicial.

2º La promulgación de leyes corruptas que buscan la ambigüedad y favorecen a los grupos económicos vinculados al poder político.

3º La ejecución presupuestaria deficitaria y el mantenimiento de una administración pública, basada en el prebendarismo, la ineficiencia y el nepotismo.

Los tres ejes fueron perfectamente confeccionados por los acomodados; para ser ejecutados y resguardados por los peligrosos, y distribuidos a escala social nacional; por los manipulados ignorantes analfabetos.

Y desde ese entonces puede determinarse con claridad el encasillamiento en tres escalas de la dirigencia de la sociedad paraguaya.

De a poco, va llegando la luz que necesita nuestra juventud para hallar, a través de sus actos y eventos, la manera de ser libres de verdad.

Lograr la independencia y la capacidad necesarias para abandonar para siempre la condición de títeres, de corruptos e ignorantes.

El primer paso es por lo tanto reconocer la realidad, en toda su profundidad. Entender que se forma parte de un sistema corrupto y perfecto, tal vez, el más perfecto de todos los tiempos. El régimen en el cual se nos conminó vivir, crecer y madurar.

Cuando en épocas pasadas se pagaba con la vida el pretender saber más y mejor que sus progenitores, la juventud actual, hoy, clama por sinceridad y acciones concretas de cambio.

Los dobles discursos emitidos por dirigentes digitados ya no les interesan.

La desconfianza en la política parece ser un fenómeno mundial, pero en el Paraguay, resulta novedoso por la sencilla razón de que la gente ha sido obligada a callar durante mucho tiempo, ante la opresión de un poder tiránico y absolutista.

Hoy la juventud desea vivir en una verdadera democracia; entendiéndola como sinónimo de transparencia y honestidad política y administrativa.

El pueblo recientemente liberado, se ve exigido día tras día a asumir una mayor participación en la democracia, de modo a corregir los viejos males acumulados durante la dictadura.

Esto incomoda, porque va de contramano con los valores y costumbres grabados con fuego en la mente de nuestros compatriotas en casi medio siglo de oscuridad. Entonces, por la ignorancia, inclusive se lanzan diatribas y cuestionamientos al sistema democrático.

Las dictaduras, por cierto, pueden resultar más cómodas y asimilables. Es sólo cuestión de no cuestionar nada y estar del lado de los mandones de turno. A nadie se le exige nada, sólo silencio y obediencia.

La única manera de vencer la inercia es aceptando las dificultades inherentes a todo proceso de cambio.

Transformando paulatinamente nuestra cultura verticalista tradicional, por una concepción más abierta que nos permita introducirnos en el exigente sistema democrático.

Debemos interrogarnos permanentemente como paraguayos, sobre el lugar que podríamos ocupar dentro del concierto de las naciones civilizadas; y determinar qué objetivos debemos alcanzar como sociedad, para lograr ocupar ese espacio.

Si seguimos pensando sólo en nuestras limitaciones, y conformándonos con la mediocridad, careciendo de metas por lograr, nos convertiríamos en seres invadidos por la amargura, y permisivos con una política invadida por representantes ignorantes, que nos han convertido en mendigos de la comunidad internacional.

¿Seguiremos dedicándonos a golpear las puertas y ventanas de nuestros vecinos en busca de conseguir algún mendrugo de pan?

¿O, seguiremos siendo explotados por aventureros, oportunistas e ignorantes, manipulados por capitalistas inescrupulosos que luego de despojarnos de las “pocas joyas que heredamos de la abuela” nos tildarán de paraguayos “muertos de hambre”?

Todo ello podría suceder a causa de la escasa o nula preparación de nuestra gente, y por la falta total de patriotismo de los gobernantes, manejada hábilmente por los acomodados, creadores del sistema.

Es común que se use como moneda de cambio, a la reserva natural de nuestros bosques y de las tierras aptas para cultivos, recibiendo consecuentemente créditos que nunca cumplieron a cabalidad con sus fines.

Pero sí han servido para la consolidación del peso de la carga pública, a los hombros de las generaciones futuras, que deberán pagar los injustificados préstamos internacionales.

Los técnicos de Hacienda se han convertido entonces en una caterva de dirigentes acomodados, que dictan cátedras de economía, pero, que por su incapacidad, nunca han encontrado solución alguna para el estado de necesidad del pueblo.

Ni siquiera se ha establecido un Ministerio de Economía que articule políticas que enseñen al pueblo a producir más y vivir mejor.

Por tal razón, estos personajes, ignorantes acomodados, sin decoro y delicadeza alguna, no tienen otra opción más que la de minar con impuestos la actividad económica y el trabajo. Sólo así se podrán sufragar los ingentes costos de mantener un sistema de corrupción tan perfecto y compuesto íntegramente de ignorantes.

Ya es hora que los Diputados y Senadores den ejemplo de patriotismo y busquen la verdadera justicia en las leyes: Son nuestros representantes. La transición se los agradecerá.

Pero hasta que eso ocurra…

Entradas más populares de este blog

La otra cara

Una parroquiana de Ciudad del Este me dice: “¿Usted vio la otra cara en los tratos políticos a la gente?” Según la TGC , la ignorancia de la le y siempre da injusticia. Esta claridad hasta hoy le cuesta a la gente comprender: que a todo poder lo divide la ignorancia de la ley , que al no cumplir los encargados de las instituciones, con equidad, caen en injusticia social, cuyo poder hace accionar en la política, a la corrupción sistémica en perjuicio de todo el país. Esto no puede solucionarse inmediatamente, ya sea por la imposibilidad económica , humana o administrativa, dando opiniones muy tristes para una democracia social de derecho. “¡Pero cuántas carpas y teatros hay en Alto Paraná ! ¿Para terminar dejando a la gente bajo la lluvia…?” Indudablemente, usted, señora, tiene toda la razón del mundo. Pero eso cuesta plata. Tal vez, en los presupuestos no fue fijado el día de lluvia e inestabilidad, en pleno invierno nacional. “Aquí está la industria más grande de hidroeléctrica

La verdadera democracia

¿En qué consiste finalmente la democracia? ¿Es acaso el gobierno de la mayoría? ¿Es la participación de más en el gobierno, en las decisiones públicas? ¿Se centra en la división de poderes? ¿Consiste en la representación popular? La democracia no es sino una combinación de sistemas de gobierno; de los puramente autocráticos, sectarios o elitistas, con los de tipo "asambleario" o republicanos. Es por ello que con su simple denominación o definición, no podrá observarse qué fórmula democrática en realidad aplica un país.

La chicanería y la corrupción

Qué es y cómo se manifiesta Cuando la corrupción sistémica es la que manda en un país, la chicanería hace gala de legalidad . Latino América conoce y vive, en cada interpretación , a través de sus encargados de administrar justicia , la cara de la injusticia . Aquí en Paraguay : La chicanería es sinónimo de inteligencia , ya que los agentes del poder judicial , casi siempre no ven y permiten su uso a la sombra de la ignorancia , que es elemento de toda gran corrupción . Llegando incluso, por el sistema, a la inimputabilidad de los responsables de los varios perjuicios económicos al Estado. Corrupción sistémica Debo aclarar que la característica , según la TGC , de la corrupción intra ley es precisamente la invisibilidad , la obscuridad en sistema. En contrapartida a la pequeña corrupción, la contra ley , que es de fácil visibilidad, dentro de la sociedad; por eso llamada corrupción subjetiva o particular. Aclaro este punto, ya que los encargados “an