Una parroquiana de Asunción me dice: “Este Estado es de ´buena predisposición´ con la plata de todos…”
Según la TGC, la ignorancia está en permanente eclosión, creando la corrupción sistémica.
Este tipo de corrupción casi es invisible porque utiliza la estructura de los Estados, a través de los cargos, apareciendo como resultados o simples obligaciones, que al final pagamos todos, y hasta quince veces más de los recibido en los supuestos préstamos.
Todo por socorrer apuros en el manejo de un Estado.
“Es que cada deuda que aparece en las instituciones, alegando los administradores, siempre es deuda anterior” -comentó.
Así ocurre principalmente en la política gatopardista, ya muy conocida en Latinoamérica.
Los ciudadanos tienen conocimientos, pero no son capaces de mover la estructura para buscar sanear. Pasando sencillamente como una ignorancia social, tales actos, hechos o prácticas en política criolla.
La corrupción solo molesta cuando te afecta particularmente; pero este tipo de pago, comprometidos en leyes, los pagamos todos, sin mucho cuidado, al desconocer la política.
Entonces, existen ciudadanos diciendo “a mi no me molesta y estoy muy bien”.
“Yo digo que los precios de los artículos están por las nubes…”
Claro, de alguna forma existen dominós en todo, pero al final de cuentas, la clase popular es la más sufrida y la que termina pagando todo, ya que la mayoría se maneja sobre salarios mínimos y otros problemas. Mientras los funcionarios, mantienen y aumentan desmedidamente sus salarios.
“O sea, seguimos lo de antes de la democracia” -concluyó.
Mientras la gente, el pueblo, no comprenda cómo bajar esta corrupción sistémica, a través de los votos, única forma en la democracia social de derecho, seguiremos como uno de los países de “buena predisposición”, a favor de la clase posicionada en las instituciones del Estado, como amigos, correlíes o compadres.
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