Me dice una parroquiana de Asunción: "Nuestros recursos humanos formados están desocupados".
Según la TGC, el poder utiliza a la ignorancia social para rentabilizar la corrupción.
Somos países donde la valorización no se tiene en cuenta a la hora de cubrir puestos públicos. Pagando tal descaro con la pérdida de vidas humanas.
Sin mencionar lo económico, como resultado de la corrupción sistémica.
¡Pero debemos encontrar salida! Somos un país democrático…-exclamó.
La cantada de su parte es cierta. Pero, sin la gente no está predispuesta a conseguir la verdadera claridad, en los servicios públicos, seguirán siendo unidos de ratas, al servicio de los avivados. Movidos por promesas de una política donde campea la corrupción sistémica, simulando beneficiar a los menesterosos, en discursos trasnochados, tan populares en éstas etapas, para lograr la intendencia.
"Ahora se comprarán más equipos para controlar al crimen organizado y el narcotráfico en los puertos…"
Pero, dígame, ¿quiénes operan esos elementos nuevos en nuestro mundo actual?
Son finalmente, los humanos que figuran en tales puestos públicos.
¿Bajará efectivamente o será otro mito para recibir comisiones los compradores de las instituciones del Estado?
Total, somos todos nosotros los pagadores del presente y mañana.
"Eso es cierto, casi no tenemos defensa de la corrupción social", dijo.
La mejoría de los estados en la lucha contra este flagelo se consigue haciendo conocer y enseñando los ejes de poder e ignorancia, a fin se prevenir el avance sobre los bienes de la República, a nombre de "compras" multimillonarias, normalmente de equipos en desuso, que solo benefician a los encargados de alto nivel de las instituciones involucradas, así como de otros corredores de venta de ilusiones.
Si no se mejora en conocimientos y capacidades a los futuros encargados públicos, siempre serán presas de compras de máquinas y colocaciones, en vez se mejora de recursos humanos
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