Una
parroquiana de Pilar me dice: “Si los encargados de la política nacional
olvidan aplicar la Constitución hay corrupción”
Según la
TGC, el poder usa la interpretación en democracia, para acomodar
intereses a la ley.
“La mayor
preocupación de la ciudadanía y la juventud, aquí en el Paraguay es la
justicia. Quién sea, lo primero que exclama es “queremos justicia” —afirmaba la
mujer del sur—, sin embargo, lo primero que se siente es la injusticia”.
“Hoy
estamos confundidos en el interior…, si antes era mejor la “orden superior”,
cuyos ejecutores eran funcionarios, hoy con viso democrático, a la ley acallan,
para acolchonarse a sus cargos públicos en la República” —prosiguió.
La
claridad, la libertad y la virtud, no dan lugar a la confusión, al conocerse
los tres grados de la ignorancia, caballito de la injusticia social.
Tal vez
estamos olvidando la importancia de la ciencia. Con mayor gravedad, a la
ciencia social, dentro de las cuales, la política es fundamental. Y hoy, tal
parecería que recién se hacen eco de estas malas interpretaciones, repetitivas
de las cabezas de las instituciones públicas.
“Lo mínimo
que deben hacer —decía la preocupada ciudadana— es renunciar, si tienen un poco
de ética aún”
Si
existen “códigos de ética” no solo cabe la renuncia. Nuestros representantes en
las dos cámaras deben preparar el famoso juicio político, tratando de defender
esta democracia de verdad y justicia, tan promocionada en la boca de todos los
políticos, a la hora de ganar adeptos.
Gran
responsabilidad la del poder legislativo, ya que en caso contrario, estamos
peor que antes; nadie ve nada, y peor si se encuadra en manos de los
funcionarios públicos, cuyos fallos son de injusticia y corrupción.
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