Frente a la ola de cuestionamientos, con verdades y mentiras, que se realiza en la "opinión pública" al nacionalismo, por sus equívocos o extremismos pasados, debemos reconocer que es una tendencia natural del ciudadano de un país, una aspiración genuina de lo nuestro, un sentir inconfundiblemente propio.
El curacionismo puede sobrellevarse solamente en democracia, pero en una democrácia autóctona y autónoma, sin exclusiones. Con participación y representación verdaderas.
Y esa democracia solo puede construirse en un ambiente de orgullo nacional; no se ganan representantes en democracia, si no existe amor por lo propio; no existe lo propio si la participación en la construcción nacional es sectaria o fáctica.
Por ello, el curacionismo es nuestra propuesta universal, como la doctrina que establece a la lucha anticorrupción, a la disminución de la corrupción y la ignorancia, como el fin primigenio y único de la actividad politica, del poder y del derecho.
Y dentro de esa propuesta mundial, basada en una teoría general de la corrupción(problema central de la política según la doctrina), se concectan los principios de una doctrina nacional y democrática del Paraguay. Porqué?
Porque el Paraguay ha sido una nación cuya vida estuvo directamente sobrellevada con la ignorancia y la corrupción, que llevaron al caos, al abuso, a la anarquía y a la codicia, como única forma de organización civil.
Y en este momento, de nacimiento y formación paulatina de la conciencia democrática, el nacionalismo curacionista, reparador y preventor, debe ser el aliciente, como tecnología humana de esta patria, para seguir mejorando siempre.
Si supuestamente, Paraguay era o es uno de los países más corruptos; hoy, nuestro país quita su carta de defensa, con principios, con dignidad, con ciencia. Para demostrar, gráfica, teórica y prácticamente que la corrupción no es exclusiva de ninguna nación. Demostramos que la corrupción es el mal primigenio, fundamental y único por el cual nos organizamos como sociedad civilizada. Entonces, existe en todo lugar y tiempo, pero en diferentes grados, con diferentes personas, bajo diferentes circustancias; pero tienen todos, sus elementos comunes. Esos elementos comunes, son los que se han analizado a cabalidad en el libro "La curación social: Hacia nuevos métodos anticorrupción", una síntesis de la teoría general de la corrupción, y que constituye el punto de partida, junto a "La ignorancia y la corrupción", el que le antecede, para entender la doctrina de la curación social, o el curacionismo político.
El tiempo puede cambiar la forma de comunicarnos, de transportarnos o de producir(hasta cierto punto); pero no cambia el problema central.
Reflexionemos para entender al curacionismo: ¿De qué problemas se ha dedicado en los últimos 2000 años la política, el poder y el derecho?
¿De los secundarios o del principal y que podría surtir efecto inmediato, positivo, sobre los secundarios?
Siglo XXI: ¿Seguiremos en lo mismo?...Si amamos a nuestra tierra, nuestra patria y nuestra familia. A nuestro propio ser. Y si ya podemos conocer a cabalidad la enfermedad, creo que es hora de dedicarnos a tratarla. Con inteligencia, con fe, en democracia.
Adelante!