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Banco de votos 2°Acto

SEGUNDO ACTO

ESCENA I


Telón abriéndose de a poco, interior del banco de votos; en el centro una mesada. En cada extremo, dos rígidos policías vigilan. Detrás de la mesada un hombre trajeado y con lentes ahumados está contando dinero. A un costado un recibidor con sillones.

Banquero: (A los Guardias) ¿Ya abrieron el Portal?

• Guardias: Sí, Señor.

Banquero: Muy bien, creo que todo está listo. Hoy nos espera una larga jornada de mercadeo de votos.

(Por la izquierda llegan Monruti y Anastasia).


• Monruti: (se quita el sobretodo) Creo que este es el Banco, Anastasia. Es mejor que me esperes aquí adentro, allí puedes sentarte. Ni se te ocurra hablar con alguien sobre esto.

• Anastasia: No te vaye na a preocupar che patrón, de esta boca no sale ni un î.

• Monruti: Está bien, vuelvo enseguida. (Se acerca a la mesada) Buenos Días.

• Banquero: Buenos días, Señor. ¿En qué podemos servirle?

• Monruti: ¿Es aquí donde compran los votos?

Banquero: ¿Cómo dijo?

• Monruti: Que si aquí es donde compran los votos....

• Banquero: Me disculpa, Señor, pero aquí no operamos de esa forma.

• Monruti: ¿Y no es acaso el banco de votos...?

• Banquero: Ah! Eso sí, pero nosotros no comerciamos con los votos, sino simplemente aconsejamos e invertimos con el interés supremo de garantizar el buen voto de la gente, del pueblo, de los ciudadanos. ¿Entiende usted?

• Monruti: Sí, está bien, ya comprendo. Mire, yo soy un empresario de la construcción, y una licitación ha quedado postergada por estas elecciones.... es sobre uno de los ramales de la sexta, al este.... Una licitación del gobierno saliente, en la cual mi empresa está involucrada.

• Banquero: Discúlpeme, pero yo sólo puedo aconsejarle respecto a su voto, no sobre esa licitación.... (se ríe)

• Monruti: ¿Ah, sí? (Quita un fajo de billetes) Claro, yo en ningún momento querría que usted se ofendiera. Simplemente, quisiera que me diga cuál va a ser la lista ganadora....así.... ganamos todos. ¿Comprende?

• Banquero: Eso sí lo entiendo. Eso está mejor. Usted entonces va a depositar. Por allí hubiésemos empezado buen Señor, o licenciado, disculpe...

• Monruti: No se preocupe, solo explíqueme cómo procederemos.

• Banquero: Está bien. El proceso es sencillo, como el voto mismo. Usted en este momento está eligiendo, aunque aconsejado, pero eligiendo, en el real sentido, pues usted no quiere ser un perdedor; al contrario, está invirtiendo porque la lista ganadora gane (¡Qué adefesio!) por márgenes aún más amplios, y ni se intente discutir. Esta es la más moderna tecnología del voto social.

• Monruti: Sí, está bien. Pero, ¿yo cómo sé si no me están engañando? Mi empresa debe ganar esa licitación, o no tendré el capital necesario para seguir defendiéndome de los numerosos juicios por enriquecimiento ilícito que se me sigue.

• Banquero: Claro, para eso estamos. Ahora mismo completamos este formulario, y su voto quedará garantizado de por vida. ¿Cuál era su nombre completo?

• Monruti: Jorge Ismael Monruti....

• Banquero: Lo siguiente, puede verificar; y al pie firmamos. (Le pasa el contrato).

• Monruti: ¿Debo hacer la entrega del total ahora?

• Banquero: No es necesario....Con la mitad está bien; la otra mitad, puede pagarla incluso después de que salga favorecido en la licitación. Aquí lo importante no es el dinero, sino la confianza entre el ciudadano y sus representantes.

• Monruti: Ahora entiendo, (cuenta el dinero) ¡el fin justifica los medios!... Y la inversión, en política, es un medio de alcanzar....

• Banquero: Está bien, no continúe... para el país no hacen falta tantas explicaciones. Esta tierra no es para los ingenuos Monruti. (Toma el dinero, lo cuenta y lo introduce en el cajón). Tenemos la gente en todos los ámbitos del poder, hasta en la prensa, así que no se preocupe.

• Monruti: Creo que tiene usted razón.... (Se estrechan las manos).

• Banquero: ¿Dígame Monruti, es libre el voto?

• Monruti: ¡Eso no se discute mi amigo! Tan libre, que ni siquiera es necesario pensar demasiado antes de acudir al cuarto oscuro.... ¡Viva la libre elección de intereses! Y nos vemos en la licitación.... disculpe....no sé su nombre.

• Banquero: Es mejor que no lo sepa, he empeñado hasta mi identidad, por eso estoy trabajando aquí.... ya no dependo de mí mismo.

• Monruti: Ah! Entiendo. Hasta luego, gracias.

• Banquero: Adiós Señor Monruti, la victoria está asegurada, su empresa será ampliamente favorecida.

(Junto a Anastasia)

• Monruti: Vamos Anastasia (Se pone el sobretodo).

• Anastasia: ¿Qué lugar tan raro? ¿Qué se vende acá?
• Monruti: Es una de las tantas sucursales del Gran Banco de Votos Anastasia. (salen)

• Anastasia: Ah! Por este lo que me dijo Desiderio.

• Monruti: ¿Quién te dijo?

• Anastasia: Eh, no, nada patrón, añe’ẽmbareínte ningo hina .
ESCENA II

(Karina y el Banquero)

• Banquero: (Sigue contando la plata) Ah! Lo que hay que hacer por una vida más fácil....quitar dinero al platudo para poder comprarle los votos al sogüeto . Bueno, muchachos, parece que hoy vamos a tener chupi (Les pasa unos billetes a cada uno; llega Karina aplaudiendo).

• Karina: ¡Muy bien, bravo! Veo que vas mejorando Aloncito....El viejo se fue contento como un niño....

• Banquero; Hice todo tal cual me indicaste....Y, ¿me vas a dar mi extra?

• Karina: (Le insinúa) Pero claro, perro feo....Cómo te voy a dejar sin tu huesito.... ¿hiciste la totalidad de contactos?

• Banquero: Claro, Karina. Apenas sube el Presidente, se realiza la licitación, sale favorecido Monruti. En la Contraloría está el Petete; abre la Fiscalía su ñembo imputación, con los Pitufitos, prescribe de ellos, y si se continúa, llega a la Corte y Karimbatá y sus socios ya están todos preavisados....Como dice mi abuelita: Oîmbaitéma hílore.

• Karina: Muy bien, así me gusta. Acá tenés la llave del departamento, pasá esta noche que van a haber nuevas modelitos esperándote, ¿está bien?

• Banquero: ¡EA! Ahí voy a estar che mamá.

• Karina: Chao, Chao.


ESCENA III

(Desiderio y Banquero)

• Desiderio: Buenas, mba’eteko piko chamigo . ¿Este piko es el Banco de los Votados?

• Banquero: No, este es el Banco de Votos.

• Desiderio: ¿Y cuál piko e la diferencia entre voto y votado? Qué lo que tanto....

• Banquero: Es que primero está el voto, y de éste quedan los votados para arriba y otros botados hacia un lado.

• Desiderio: Bueno, yo vengo a ofrecer mi voto. ¿Mbo’y reme’êta chéve?

• Banquero: Veo que está confundido, Señor. Aquí no se compran votos.

• Desiderio: Ha mb’ae katu piko entonce . A mí me dijeron las gentes que acá es donde uno viene para vender su voto, vo me da plata y yo voto por el que vo me decí....

• Banquero: ¡Por favor! Usted me ofende. Aquí solamente aconsejamos a los ciudadanos a realizar una mejor elección; éste es un banco en beneficio de los más humildes que no saben por quién deben votar....Es así que nosotros le decimos cuál es el candidato más potable (gesto pendular) y le recomendamos (quita un fajo) como compatriotas, cuál sería la mejor elección....

• Desiderio: Ah! Ya antendéma ....Sabe pa, lo que yo quiero es un préstamo para poder terminar para mi casa, y pagar algunas deuditas. Yo ningo tengo muchos socios que van a venir si yo les digo, y ¿no podemos piko llegar a un acuerdo?

• Banquero: Pero claro. Ve como hablando se llegan a conclusiones útiles. ¿Y usted cuánto dinero necesita prestar?

• Desiderio: Y....yo nio, ponéle na un cincuentón mba’e...

• Banquero: ¿Cincuenta Mil?

• Desiderio: No, cincuenta millones.

• Banquero: ¡Pero eso es imposible! Dígame, ¿cómo me pagaría?

• Desiderio: Con mi voto, y mi jerarquía como caudillo.

• Banquero: ¡Por favor! No se haga el importante, seamos más prácticos y realistas. Esto es un préstamo, no una donación taiwanesa.

• Desiderio: Ha bueno upéicharõ ...que tal piko dos millones, a cambio de traer a mi socio kuéra, que con un millón ya se van contentos....

• Banquero:. Pero mire que esto va a quedar documentado. ¿Tienen forma de pagar después....y de comprometerse al voto? Mirá que está todo controlado.

• Desiderio: Claro que sí lekaja , eso ningo sin problema. Vos me decís nomás Okéi y te vamos a votar por quien sea.

• Banquero: Está bien, la plata está, traé a tus amigos y arreglamos todo.

• Desiderio: Así como dijimos, dos palos para mí, y uno para cada uno.......IIITA! (sale contento).

• Banquero: (Solo) ¡Vaya ingenuo! Ignorante y sobrador, como bien los sabe criar este país.


ESCENA IV
(Entra Anastasia)
• Anastasia: Hola, Señor; ¿vos sos el que atiende, verdad?

• Banquero: Sí, soy yo, ¿qué desea Señora?

• Anastasia: Ese que salió ningo era mi marido....Desiderio Domínguez.

• Banquero: Disculpe, Señora, no le entiendo. Sea explícita.

• Anastasia: Y que ese lembucho’í que salió ahí es mi marido, bueno, no exactamente mi marido, pero hace como doce años que vivimos en la misma casa, y él nunca se quiere casar conmigo.

• Banquero: Y yo, ¿qué puedo hacer sobre eso señora?

• Anastasia: Yo escuché, o sea, él me dijo kurí, que iba a hacer un préstamo en éste banco, a cambio de votar por la oposición.

• Banquero: No creo que sea por la oposición, porque ellos, ahora mismo no ofrecen efectivo, sólo futuros cargos en la función pública...y su marido no tiene los requisitos....

• Anastasia: Está bien, por el que sea entonces, pero lo que yo necesito es que usted le intime a él de alguna forma para que se case conmigo....O si no Desiderio me va a dejar abandonada a mí y a mis tres hijos.

• Banquero: Discúlpeme, pero esto es un banco, no una agencia matrimonial....Y lo siento.....

• Anastasia: Bueno, no vaya na a ser tan ñembotavy . Yo ningo soy empleada del Señor Monruti, el empresario que vino hace un rato a depositar a favor de la lista que tiene que ganar. Hace quince años que trabajo con él, y si yo le pido algo, él lo hace. Soy su ama de llaves de confianza; y Desiderio ningo es su jardinero, o sea que sí o sí está garantizada la deuda.

• Banquero: Ah!...Entiendo. Mire. Lo que puedo hacer es hacerles firmar a su marido y a sus amigos pagarés con fecha pasada, y entonces cuando le venga la demanda, le obligamos a que se case con usted o pague lo que le debe al banco.¿Qué le parece? Me ha dado usted una buena idea, ¿porqué esperar tanto para demandar a éstos mundanos?

• Anastasia: El tiene que venir otra vez, ¿verdad?

• Banquero: Sí, debe venir para completar los formularios y allí es donde voy a comprobar si lo que usted me dice es cierto.

• Anastasia: Para eso yo me voy a poner detrás de vos, agachada, y te voy a estironear si él te dice alguna mentira; está bien; por las dudas.

• Banquero: Está bien, pero cuidado, allí vienen. (Anastasia se esconde a los pies del Banquero).


ESCENA V

(Llegan Desiderio y tres amigos suyos)

• Desiderio: De vuelta compañerazo, aquí te traigo ya la primera partida de mis prestamistas votantes....Pero decíme che ra’a, ¿este préstamo piko es igual a ese que se está dando así como galleta allá en la plaza?

• Banquero: Sí, debe ser, tenemos varias sucursales.

• Desiderio: Ah, con razón que la gente como calesita están ahí ra’e.

• Banquero: Bueno Desiderio, ahora tenemos que completar estos formularios....

• Desiderio: ¿Nde, cómo piko sabe mi nombre? Yo no te dije....

• Banquero: Eeh, es que lo escuché por ahí cuando la gente coreaba tu nombre en la plaza, ¿sos caudillo verdad?.

• Desiderio: Ah, sí claro, seguramente. Así nomás luego es cuando la gente te hace famoso.

• Banquero: Bueno, primeramente quiero que me digas tu nombre completo.

• Desiderio: Desiderio Amubarriano Solicitación Domínguez Sequeira.

• Banquero: Ah! Bastante larguito tu nombre mi amigo. En esto va incluido tu grupo sanguíneo ¿verdad?

• Desiderio: Que yo sepa, no.

• Banquero: Bueno, olvídelo. ¿Profesión?

• Desiderio: Jardinero y Político en potencia. (Primer estirón de pantalón al banquero).

• Banquero: ¡Ah....!

• Desiderio: ¿Qué le pasa mi socio?

• Banquero: No, nada, solo un calambre. ¿Cuál es su estado civil?

• Desiderio: ¡Soltero sin compromiso! ¡Por favor, pues! (Segundo estirón).

• Banquero: ¡Aaah...! Está bien. Sus cédulas, y completo las demás solicitudes.

(Desiderio y los amigos se apartan)

• Desiderio: Está bien, lekaja.

• Banquero: (Mientras completa, le habla a Anastasia). Che, no me vayas a dejar sin pantalón, me estiraste con demasiada fuerza.

• Anastasia: ¡Es un mentiroso, no aguanto!

• Banquero: Está bien, pero no destroces mi ropa.
(Dirigiéndose a Desiderio y los demás). ¡Señores, los formularios están listos! Quedan comprometidos formal y legalmente a votar a favor de la lista once de punta a punta, siempre que firmen este documento, y así retiran sus préstamos. (Quita los fajos de dinero).

• Desiderio y los Otros: ¡EA, EA ¡ ¡Lista Once! ¡Lista Once! (Pasan y firma cada uno).

• Banquero: Muy bien, aquí tienen señores. Un millón, un millón, un millón.... (A Desiderio).... y dos millones.
• Desiderio: ¡Que calidá che correlí! Che, pero decímena una cosa, esto piko no necesita alguna garantía o algo (Tercer estirón)

• Banquero: ¡Ay, Aah...!

• Desiderio: Nde, parece que vos tenés artritis mba’e.

• Banquero: Creo que siguiendo aquí me va a dar un colapso nervioso...Dígame, ¿tiene usted algo que ofrecer en garantía, y que podamos anotar?

• Desiderio: Mucho no, tengo un autito por ahí, pero mau, y mi casa manté.... (Cuarto estirón)

• Banquero: Aaahh!

• Anastasia: (Sólo al Banquero) ¡Decíle si no tiene hijos!

• Banquero: Eehh, y no tiene hijos, o alguna demanda por alimentos...

• Desiderio: No, sin problema, libre.

• Banquero: ¿Seguro?

• Desiderio: Sí, chamigo, seguro. ¿Nde, pero esto piko desde cuándo tengo que empezar a pagar?

• Banquero: Y desde el día que puedas, la primera cuota, o según como te sea mejor....no te preocupes, ya te va a llegar la notificación. Ja, ja.

• Desiderio: ¿Notificación? ¿Qué piko es eso?

• Banquero: Es una cartita donde te invitan a pasar a conversar con la gente del banco sobre el pago, no te preocupes.

• Desiderio: Y bueno entonces, todos felices, nos vemos en las elecciones. ¡Lista Once! (Apretón de manos).

• Amigos: ¡Lista Once! ¡Lista Once ! (Se van)

(Anastasia sale de su escondite).

• Anastasia: Ves pa Señor Banquero cómo son por ahora los hombres, ya ni siquiera tienen el sentido de la responsabilidad; hasta llega a negarme a mí y a mis hijos.

• Banquero: No se preocupe, con el Señor Monruti arreglamos y en menos de siete días éste gallito va a estar comiendo perdices con usted Doña Anastasia. Vaya tranquila, y el domingo, recuerde, lista once de punta a punta.

• Anastasia: (Yéndose) Está bien, pero ¿usted me asegura mi casamiento con este pelotudo?

• Banquero: ¡Claro, señora, usted sólo marque el once!

• Anastasia: (Decaída) Adió mante.....

• Banquero: ¡Adiós!.... Ah, lo que hay que hacer para asegurar los votos. Vender aquí, comprar acá, convencer, aguantar cada disparatada.


ESCENA VI

(Llega Aníbal Bustero)

• Aníbal: ¡Buenas! ¿Usted es el comprador de votos?

• Banquero: Ah! La misma pregunta....No, soy Tribilín en el desierto.

• Aníbal: ¡Por favor, vengo en busca de seriedad!

• Banquero: Está bien, ¿quiere especular con su voto?

• Aníbal: Algo así, más bien vengo a ofrecer mis servicios.

• Banquero: Ah, sí. Y ¿qué tipo de servicios ofrece usted joven?

• Aníbal: Pues, aquí donde me ve, soy un flamante abogado. Quisiera algún puesto en la futura administración, un trabajo fijo, sueldo....usted sabe, y yo también sé cómo se manejan.

• Banquero: ¡Ah! Conque muy sabio el incipiente abogado. Y ¿está dispuesto a ofrecer su voto y el de sus cercanos, a cambio de ese puesto?

• Aníbal: Claro que sí, no se preocupe. Hay mucha gente detrás de mí....

• Banquero: Eso, no hay quien lo dude, con esa arrogancia ya lo estarán siguiendo muchos.... ¡para quemarlo vivo!

• Aníbal: Disculpe, ¿cómo dijo?

• Banquero: Nada, nada, olvídelo. Mire, dígame sus datos completos....o, ya que es usted abogado,...llene usted mismo este formulario y firme al pie.

• Aníbal: Así de sencillo (completa)...

• Banquero: ¡Así de sencillo! Y por lo que veo, creo conocerle....usted trabaja con el empresario Jorge Monruti, ¿no es así?

• Aníbal: Sí, es cierto Señor, ¿cómo lo supo?

• Banquero: Eso no importa, creo que ya puedo darle su primer trabajo como abogado litigante del Banco de Votos.

• Aníbal: ¿¡En serio!? ¡Qué bueno Señor, y sobre qué?

• Banquero: Simples demandas, juicios ejecutivos, cobro de guaraníes. Unos ingenuos vinieron a vender su voto, y no se percataron de que firmaban unos pagarés en blanco, así que iniciarás las demandas inmediatamente después de las elecciones del domingo. ¿Está bien? Aquí están los documentos.

• Aníbal: ¡Claro que está bien! Pero gracias, gracias por la confianza.

• Banquero: Pero no olvide: Lista Once.

• Aníbal: No es necesario que me lo repita. Adiós. (Sale. Queda el Banquero)

• Banquero: Adiós... ¡Cuántos incautos pasan por este banco! ¡Cuántos ignorantes! ¡De todas las clases sociales! Y yo, un simple intermediario entre tantos. Ignorante como ellos, utilizado sin miramientos para el más oscuro de los fines mafiosos: maniatar el voto libre del pueblo. ¡Del PUEBLO SOBERANO! ¡Del PUEBLO SOBERANO! ¡Pobre, ignorante, explotado! Yo, verdugo implacable de las conciencias ciudadanas. Del Pueblo Soberano, Del Pueblo....Sobe-ra-no (oscuridad)

(T E L O N)

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