Una parroquiana de Luque me pregunta: —La
negligencia, ¿es corrupción en los hospitales?
Según la TGC, la ignorancia utiliza muchas veces
a la negligencia en el accionar sistémico de la corrupción.
En toda democracia la claridad, la libertad y la
virtud son las piedras fundamentales para la buena convivencia.
Al pretender obscurecer, por la negligencia, en
los servicios públicos: se comete corrupción sistémica, que golpea a la gente
sin piedad al no haber justicia con ética y moral.
—Aquí todo se utiliza y se interpreta
beneficiando a los funcionarios: hasta le ponen precio a la vida—sentenció la
señora luqueña.
Lo bueno y lo malo de la democracia, tal vez,
sea la posibilidad de contar la verdad, máximo en tiempos de campaña política
para esperar ser “votados per no elegidos”, ya que todo está movido bajo la
supuesta democracia, cuya base es la dictadura de la necesidad, asfixiante de
la población, sumado a la falta de civismo y de hábitos de lectura.
—Seguimos vendiendo y comprando la politiquería,
cual campera de crédito coreano, sin posible exigencia de calidad—insistía la
ciudadana.
La vida diaria del país va perdiendo toda
esperanza de respeto en las instituciones y el abuso de poder de los
representantes, de lo cual ya nadie se sorprende. Por eso casi es una burla ver
cualquier acto, hecho o práctica de la corrupción sistémica, pretendiendo tapar
los acontecimientos y la opinión pública para seguir usurpando las mieses de la
influencia generalizada.
—Aquí todo se ha confundido, Democracia y Estado
de derecho, no existen para nadie, cuando hay mal desempeño…—aseveró.
La resultante de tanto perjuicio a la confianza
pública, en manos de los funcionarios, cuyo objetivo parecería solo recaudar,
sin otra razón, beneficiándose de los cargos, debilitando con sus ejemplos la
moral de la gente: que ya no cree ni el justicia y menos en esperar levantar la
moral.
Las pruebas están a la vista; si los encargados
de administrar justicia, piensan y accionan de acuerdo al marco constitucional
vigente y los acuerdos y convenios en la lucha anticorrupción, ratificados,
cuyos principios no admiten la ignorancia a funcionarios públicos, disfrazada
de negligencia.
Comentarios
Publicar un comentario