Una parroquiana de Asunción me dice: “Tomar las instituciones civilmente es democracia”. Según la TGC, todo poder está dividido por la ignorancia en acción. Aquí surge la pregunta ¿hasta dónde puede un particular manifestarse, ya sea por su necesidad o la falta de cumplimiento de los funcionarios superiores o autoridades? Si estos últimos utilizan el poder o la representación democrática para beneficiar a cualquier allegado, amigo o pariente, mediante la cosa pública cuya guarda le fue encomendada, ¿Tienen derecho pleno los ciudadanos de rebelarse ante autoridades de éste nivel de insensatez e ignorancia del estado constitucional? Ante esta irrefutable realidad de actos, hechos o prácticas cometidas a través de los poderes, la ciudadanía busca y hace uso de cualquier sistema que le permita contrarrestar, a veces de manera más o menos salvaje, los abusos del poder político y de su colindante, el poder económico. Lo lastimero es que tales reacciones, convulsiones socia...
Blog sobre corrupción. Artículos basados en la primera Teoría General de la Corrupción a nivel mundial. Autor y fundador del curacionismo político.