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La corrupción sistémica

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: “¿¡A caso no hubo corrupción sistémica, al darse el visto bueno, por parte de los jerarcas públicos, para que una persona pueda cobrar en tantos cargos del Estado, sin trabajar!?”. Según la TGC, todo poder es corrupto en su estructura, por lo cual necesita cuidar de la ignorancia, como medio de ocultación. A la gente le sorprende las interpretaciones, a favor de los imputados, conociéndose los hechos, actos y prácticas de corrupción sistémica; ocurridos dentro de los órganos del poder a favor de algunos.

La corrupción y los recursos humanos

Si bien, hemos explicado, que la gran corrupción está en la estructura, de los tres poderes del Estado, nunca está de más, hacer un pequeño énfasis en los detalles. Principalmente, cuando la sistematización del flagelo, se convierte en el ‘patrón” que utiliza los recursos humanos, gubernamentales. Según la Teoría General de la Corrupción (TGC), todo poder debe dedicarse a bajar los niveles del fenómeno corrupción; si en verdad busca justicia para un país.

La corrupción y la sociedad civil

Me decía un parroquiano del Bañado Sur: —Nosotros y ustedes, estamos  cada día más peligrados por esta creciente; ya que, “Cateura”, está comenzando a desbordar. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del poder, lleva de manera inexorable a la corrupción. En esta emergencia la sociedad civil, hace todo para ayudar a los damnificados; incluso en las fronteras de los países vecinos, han dado el mismo gesto, a favor de los sufridos ribereños; sin importar otro objetivo, más que la solidaridad humanitaria.

La corrupción y el saneamiento económico

La responsabilidad, en el manejo de toda institución de servicio público, en aras del saneamiento económico, debe ser lo más costoso: contra la corrupción sistémica, imperante en todo el país. Según la TGC, todo poder debe, al menos, dedicarse a la disminución de la corrupción sistémica, por medio del control de la ignorancia en su estructura. La proliferación de aprovechadores, con viso de dirigente, ya sea sindical o política, ha llevado de a poco, a una institución, muy necesaria y útil en un país subdesarrollado como el nuestro: El IPS. Tan devastado por la corrupción en sistemas, porque se ha manejado como la “caja chica”, de los politiqueros de turno, en perjuicio de los legítimos aportantes.

La corrupción y el enriquecimiento ilícito

Sabias palabras, para los paraguayos, las dichas por el “Santo Padre”, acerca de la política mundial y sus actores: Todos carcomidos por la corrupción sistémica. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación del sistema de poder, produce la corrupción sistémica. El enriquecimiento ilícito es un delito, en cualquier Código del mundo, que, cuando tiene como fuente, el perjuicio a los fondos públicos, resulta doblemente grave. Ahora, al tener esta figura, no es fácil penalizar, si los propios actores están en la estructura del poder. Y sus actos quedan, a la vista de la gente, como imposibles de ser penalizados.

La corrupción y el desarrollo social

Va cayendo, como hojas de árbol en invierno, la versión de la última campaña proselitista. Y hoy, ya están pidiendo más cárceles. Aún, sin haberse inaugurado, las que fueron presupuestado y construidas como la “solución”. Según la TGC, la ignorancia en la ocultación, de todo poder, se encuentra en constante eclosión; de modo a seguir recaudando, por medio de su estructura, a favor de la corrupción sistémica. El famoso ‘desarrollo social’, solo puede lograrse bajando y controlando la corrupción en sistema. El aumento de penitenciarías, demuestra, la absoluta falta de conciencia social de la ciudadanía. Al no cuestionar, la marginación, la falta de sanidad, ayuda y tratamiento, para los “enfermos sociales”. Como una política, al menos, humanitaria.

La corrupción y la novación

¿Que podía cambiar la suerte del Paraguay, usando el término "novación"?. Si lo justo: en Yacyreta, debe ser recibir lo que corresponde, como indemnización y pago del precio por la energía cedida. Poner fin a la corrupción sistémica. Según la TGC, todo poder debe combatir la corrupción en sistema. La condición de ser representante del pueblo paraguayo, es doblemente exigido en estos momentos, al gobierno. Ha sido puesta en él, la famosa camiseta paraguaya; para que de una buena vez, se rompa la explotación inmisericorde, de nuestros recursos naturales. Hasta hoy, solo puestos al servicio del vecino.